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domingo, 23 de octubre de 2011

¿HA VALIDO LA PENA?

Hace años, no sé cuántos, vi un documental de Harry Belafonte titulado A VECES MIRO MI VIDA, donde el gran artista analizaba la trayectoria de toda su existencia, cuestionándose algunos aspectos de lo que había hecho al enfrentarse a situaciones trascendentales en las cuales no estaba totalmente seguro de que había hecho lo correcto. Al regresar a mi casa me puse a pensar, y recordando el documental decidí yo también echar un vistazo a mi vida, desde que tuve uso de razón y de memoria. Y al final me atenazó una sola pregunta: ¿valió la pena?

En el aspecto personal, o sea, en las decisiones y ejecuciones que sólo dependieron de mí, me reafirmé lo que siempre me repito que ya pasa a ser un disco rayado: si pudiera volver a vivir, todo lo haría distinto, y aquí entran mis fracasos matrimoniales, mis cambios de trabajo, mis estudios de Economía que de nada me han servido después por no haberme dedicado a ese giro, y otras cosas que mejor sería descartarlas por inutilidad en su recuento.

Pero en el aspecto social o general, o sea, en aquello que no dependió de decisiones propias, la pregunta cae con mucho más peso. En el último medio siglo de vida en mi país de origen, tanto sudor, tanto sacrificio, tanta dedicación a una causa perdida de antemano que jamás había dado ni daría resultados positivos en nignún punto cardinal, tanta ilusión inútil, tanta confianza en ideales irrealizables, tanto dejarse embaucar por aquellos nuevos (y actuales / eternos) salvadores supremos que nos llenaron el raciocinio de mentiras hermosas sobre un futuro luminoso que yo no pude ver, que mis hijos no han podido ver, que quizás mis nietos no podrán ver nunca... todo eso, ¿valió la pena?

Porque la vida se nos va demasiado rápido, a veces casi sin darnos cuenta de que se nos ha ido, y cuando llegamos a esa edad que algunos pretenden vendernos como "hermosa", la visión del pasado martilla implacable, concientes de que ese pasado, además de no poder cambiarlo, no podremos repetirlo, para vivirlo como hubiéramos querido vivirlo, sin tantos errores cometidos y sin tantos sacrificios inútiles padecidos por no saber a tiempo tomar decisiones que quizás hubieran cambiado nuestra vida y actualmente no estaríamos arrepintiéndonos de no haber hecho lo que una vez pudimos hacer y no hicimos.

No es un juego de palabras: cualquier persona que pase de la media rueda desearía, al seguro, haber vivido otra existencia, sobre todo en el aspecto de los errores cometidos que provocaron que su derrotero fuera por un camino que no había sido el mejor. Y Cuba es una muestra fechaciente de cuán inútil resulta enfrascarse en un proyecto que no tiene futuro, sino una repetición de la misma promesa adornada con la misma justificación por no cumplirla. Después de medio siglo de "ilusiones perdidas", sometimiento, sacrificio, carencia, espera y desengaño, volver a aquella realidad que dejamos atrás hace cincuenta años, mientras que durante el sueño convertido en pesadilla cayeron infinidad de amigos, familiares, conocidos, gente que muy bien podía haber vivido en otra realidad de no ser por la impuesta que logró engañar "a una parte del pueblo casi todo el tiempo".

Y dentro de esa pérdida vital está mi vida, como la de tantos que ahora, demasiado tarde para recomenzar un nuevo itinerario, tienen que conformarse con observar en silencio el inminente e inevitable retorno a lo que fuimos algún día, tan lejano ya en el horizonte del recuerdo que casi no nos acordamos. Pero sobre todo, casi no nos acordamos de cómo todo eso pudo suceder...

Augusto Lázaro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente sólo tenemos una vida y no hay marcha atrás para rectificar errores. Nadie nace con una bola mágica para saber cuál será nuestro futuro y tener la oportunidad de cambiarlo a nuestro beneficio. La vida es un proceso de aprendizaje a través de los errores y aciertos, y bueno o malo, es lo que somos ahora. Nada más sabio que el refrán que reza: “There is no use in crying over spilled milk” (No tiene caso llorar por la leche derramada) pero si de algún consuelo le sirve, le diré que de haber podido, yo y millones de personas, también hubiésemos hecho algunas cosas de diferente manera ;)
En cuanto a Cuba, un gran ejemplo de lo que no debemos permitir que vuelva a suceder… aunque también está ese otro refrán que dice que “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.