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lunes, 26 de marzo de 2018

CRITICO(NE)S


Pues eso, que lo que alguien emite como opinión mediante la escritura en Internet o en papel, ya no le pertenece, por tanto, no tiene derecho a ripostar las críticas que le hagan a lo que escribió. Es tonto pretender ponerse a explicarle a cada cual lo que quiso decir, en caso de que cada cual haya entendido otra cosa. Cada cual tiene derecho a interpretar lo que vea, oiga o lea, como le dé la gana o como su capacidad de entender le permita. Al que no le gusten las críticas le recomiendo que "cierre el pico" y mejor permanezca calladito sin decir ni pío... ¡Ah!, y que se dedique a otro oficio…

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Conocí a uno de esos que se consideran genios que era insoportable: cada vez que alguien le hablaba de su libro (por suerte el único que publicó) y le señalaba algún detalle negativo, el hombre se ponía como un basilisco y poco faltaba para que agrediera físicamente a su lector crítico. Imagínate -le decía yo, de tonto, porque ni él ni nadie cambiará nunca- que tú tuvieras que sentarte al lado de cada lector de tu libro a explicarle lo que según tú ese lector no entendía. Y en todo el mundo. Supongamos que tuvieras 10,000 lectores a los que tuvieras que explicarle (burros que eran) lo que sus cerebros subdesarrollados no habían sido capaces de vislumbrar en tu obra maestra. ¿Te lo imaginas?

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Escribir implica riesgos, aparte de que nuestra sociedad no acepta esa dedicación a veces tormentosa como un trabajo. A mi han llegado a decirme: “pero si tú no trabajas, tú lo único que haces es escribir”, y otras lindezas similares. Y es muy duro para quien se pasa uno o más años de su vida pegado a las teclas, haciendo lo que puede ser una gran obra o una mierda, eso nadie lo puede saber de antemano, que cuando lleve lo que ha hecho y le ha costado no sólo el esfuerzo de hacerlo, sino el haber dejado de hacer muchas cosas que le producen placer y alegría, le digan “lo sentimos, pero nuestra editorial está al tope y no podemos aceptar su obra”. Conozco una anécdota de juventud de alguien a quien preguntaron sus amigos qué prefería, si leer a Marx (o a Savonarola, por ejemplo) o ir a una cita con una chica presentable, y el joven no vaciló en contestar que ir a la cita con la chica que seguramente le iba a proporcionar la dicha que los libros de esos grandes filósofos (u otros cualesquiera) no le darían. Esta anécdota refleja lo que de verdad vale la pena rechazar para dedicarse a algo que cada día tiene menos importancia. Porque una cita con una chica que gusta jamás perderá su atractivo ni su importancia de vivir y no perder el tiempo invirtiendo horas en hacer cosas que a nadie le interesan y que sólo le dirán cuando sea viejo: “caray, qué tiempo irrecuperable he perdido… ¿y para qué?”. Porque no todos somos León Tolstói ni Marcel Proust para “perder” el tiempo creando obras maestras eternas que jamás perecerán…

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

lunes, 12 de marzo de 2018

BANALIDADES


Dice el refrán que nadie escarmienta por cabeza ajena, pero hay personas que ni siquiera escarmientan por la suya propia, y cometen una y otra vez el mismo error, sabiendo de antemano lo que eso les va a costar. Les presento a uno de ellos: yo mismo

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Archidemostrado: cada cambio que se hace en ordenadores, tabletas, móviles, etc., sólo tiene un fin: sacarle más dinero del bolsillo a los incautos que se creen que es verdad que ese nuevo modelo que han sacado es una verdadera maravilla mucho mejor que el anterior

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Una señora algo encopetada está en un gran centro comercial y después de buscar a algún empleado a quien hacer una consulta, descubre a quien parece por su vestimenta un encargado de esa función. La señora se acerca y le pregunta:

--Perdone… por favor, ¿dónde está el tocador de señoras?

--¡Servidor! -le responde el empleado con una suave sonrisa.

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¿Usted entiende a la gente? Porque la verdad es que yo no la entiendo: antes hasta gritaban pidiendo agua, “que nos secamos”, “que no somos mazorcas”, “que dentro de poco seremos otro desierto”, etc. Ahora que llueve todos los días (sí, todos los días a todas horas y hace ya un montón) hasta gritan pidiendo que cese el aguacero, “basta, coño, que no somos ranas”, y así. Es que nunca estamos conformes, ni con blanco ni con negro. ¡Ah, amigo! El ser humano siempre desea lo que no tiene, y cuando logra al fin tenerlo, a los pocos días comienza a desear otra cosa. ¿Usted lo entiende? Pues explíquemelo, porque yo, ni hostias

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Me dice una chica “moderna”, o sea, con vaqueros ripiados, jersey colgado en la cintura, despeinada y con parte de la cabeza rapada y el pelo multicolor, etc., al pasar yo junto a ella:

--Tío, ¿tiene un cigarrito?

--No, sobrina -le contesto con una expresión un tanto comprensiva.

--Oiga, que yo no soy su sobrina -me dice, frunciendo el ceño.

--Bueno, yo tampoco soy tu tío -le digo, haciéndole una seña y siguiendo mi camino

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La táctica generalizada entre los productores y los vendedores de equipos (hasta hace poco electrónicos, ahora en casi todos) y demás artículos y productos de consumo es fabricar y vender lo que durará un tiempo determinado para así tener la seguridad de que en poco tiempo el cliente se verá obligado a adquirir otro ejemplar del mismo artículo o equipo comprado. Es ilegal, pero nadie hace nada por evitarlo ni condenarlo. Y que siga el son

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Cuidado con esos amigos que parecen hasta dispuestos a dar la vida por ti. De ellos puedes esperar una traición. De los enemigos no: ya los conoces y no pueden sorprenderte

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Son famosas las enormes colas que se hacen para besar los pies del Cristo de Medinaceli. Hasta duermen y pasan la madrugada en la cola cientos de personas. Bien, cada cual con su creencia. Pero una vez dentro, hay una señorita (o una hermana, no sé) encargada de pasar un pañito cada vez que alguien besa los pies del Cristo, pensando que así evita algún posible contagio. No se da cuenta de que los microbios y las bacterias contagiantes, si las hay, se van acumulado en el pañito que pasa una y otra vez

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Bueno, parece que la borrasca Félix (ahora le ponen nombre a todo) va remitiendo (no sé qué remite ni a quién o a dónde, pero en fin) y yo, al igual que ella, me remitiré a dar por terminada esta experiencia bloguera que se me ocurrió tras leer otro blog donde, como ya se han dicho tantas cosas y de tantas formas, aparecían estas notas al margen que aquí están en el centro, como una demostración para el que lo ignoraba, que no soy de derecha ni de izquierda. Ni de nada, vamos

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

Pd: si no les ha gustado lo que han leído, no sean tontos y no vuelvan a leerlo, que ya sobran blogs y tontos en este país (PR dixit)