Powered By Blogger

domingo, 30 de septiembre de 2012

SUFRIR POR ADELANTADO

Un compañero de trabajo en Santiago de Cuba pasaba todos sus días laborales (supongo que en su vida privada haría lo mismo con su familia) lamentándose porque pensaba que "en cualquier momento me botan" y a arreglárselas como pudiera. Yo era su receptor de quejas, ya que en Santiago no hay un muro para lamentarse como en Jerusalén. Intenté varias veces alejarlo de esa situación "lamentosa" sin resultados positivos. Pasó el tiempo y mi compañero se jubiló sin que lo echaran a la puta calle (expresión que él usaba y yo repito por glosar su "dramatismo") tras haber pasado años sufriendo inútilmente. Sufrir por adelantado es un mal que por desgracia padecen muchas personas. Anticiparse a algún acontecimiento negativo es tan inútil, absurdo y ridículo, que quienes caen en ese estado de estrés galopante, deberían pensar con cuidado que la vida no es para preocuparse por desgracias futuras que no sabemos si sucederán, sino para disfrutarla a plenitud, mientras podamos, olvidándonos de tanto padecimiento inventado que sólo sirve para amargarnos y hacernos infelices...

Y prueba irrefutable de lo anterior, mi propia experiencia: en octubre de 2006 sufrí un IAM (Infarto Agudo de Miocardio) que gracias a la rapidez con que fui ingresado en el hospital con aplicación de stent, hasta hoy ni me acuerdo de haber pasado por esa reveladora experiencia (reveladora porque cuando alguien sale de un hospital tras 5 días indescriptibles, ve el mundo con una visión totalmente distinta, al comprender la vulnerabilidad del ser humano ante lo impredecible). Pues oigan esto: la mañana en que recibí el alta, el cardiólogo, que simpatiza con los cubanos, me dijo que mientras viviera debía seguir al pie de la letra el plan de vida activa y ejercicios, evitando en lo posible las grasas de origen animal, y consumiendo los medicamentos recetados sin dejar de hacerlo un solo día... pero. En confianza, me llamó aparte y me dijo que si quería vivir, además del plan, me cuidara mucho de lo que aparentemente había causado el infarto: el estrés, las preocupaciones, los disgustos, y todo lo que obstaculizara el cumplimiento de una vida alejada de los problemas, tan generadores de la mala salud. Y eso he hecho. Porque como dice mi amigo Juan Maguey (con perdón por las palabrotas): "al carajo todo, si la vida es una mierda, procuraré no embarrarme"...

Pero el ser humano no escarmienta, porque no es un perro que sólo se golpea una vez con la misma piedra. Hay personas que suelen sufrir por adelantado imaginándose cosas horribles que pueden sucederle, que están al tanto de cuanta letra pequeña tengan sus medicamentos, de todas las orientaciones sobre los alimentos y los productos que consumen, y convierten sus vidas en un amasijo de recomendaciones, recetas, consejos, orientaciones, directivas, y terminan por malvivir dentro de un estado de privación activa por temor a sufrir accidentes, a contaminarse con alguna bacteria, a compartir espacio con personas en un metro o en un tren, etc., y llegan a creerse que con tanta precaución que toman son invulnerables. ¡Ah!, si supieran cuánto se ahorrarían olvidándose un poco de esa preparación para vivir, disfrutarían mucho más de la vida. Porque la vida es para vivirla y disfrutarla, no para perder el tiempo atormentándose y "preparándose" para vivirla sin riesgos de ningún tipo...

Augusto Lázaro

@augustodelatorr


 

martes, 25 de septiembre de 2012

COSAS QUE PASAN


1
La política acapara toneladas de información en todas las vías: Internet, prensa escrita, radial y televisiva, revistas, suplementos, vídeos, libros, todo lo imaginable. Me pregunto qué halo mágico tiene para atraer tanto esfuerzo, tanta dedicación, tantas horas secuestradas de otras actividades de seguro mucho más productivas e interesantes. Pero sobre todo, teniendo en cuenta que todo lo relacionado con la política está sucio y manchado con la sinvergüencería, no alcanzo a comprender cómo es posible que personas que merecen todo mi respeto dediquen tantas horas de su trabajo creador a malgastar palabras en asuntos relacionados con semejante bazofia. Confieso que soy uno de ellos, me avergüenza decirlo, y que he tratado y trato de sacarme esa hez de las entrañas. Lo conseguiré sin dudas. Pero mientras, cada vez que abro mi boca o pulso teclas en el ordenador para emitir alguna idea sobre ese oficio de los que no tienen oficio pero sí enormes beneficios... ¡me siento sucio!
2
Un amigo de unos 50 años al parecer bien vividos, que no padece ninguna enfermedad (ni siquiera tiene callos en los pies segun dice) se queja de su mala suerte con respecto a su salud. Me asombro, conociendo su excelente estado físico y mental, y le pregunto. Su respuesta:
--Verás... es que necesito arreglarme la boca, y tengo la mala suerte de que lo único que estoy obligado a pagar es precisamente ese arreglo, o sea, al dentista. Porque todas las demás especialidades son gratuitas.
Pienso que tiene razón: si cualquier ciudadano necesita resolver un problema de sus vías urinarias, de sus pulmones, de sus oídos, de su corazón, tiene esos servicios totalmente gratis. Hasta un trasplante de corazón puede hacerse, en caso de aparecer un donante, totalmente gratis. Pero a los señores dentistas hay que pagarles, pues ese servicio no está amparado por la Seguridad Social. ¿Por qué?
--Porque son los niños lindos de la salud pública -me dice mi amigo, cuyo nombre omito por ética-, me he preguntado mil veces por qué, y no encuentro la respuesta.
Yo también me pregunté por qué, y le envié la pregunta a la Ministra de Sanidad del Gobierno de España hace algunos meses, acompañándole mi inquietud con un artículo sobre ese problema que no es sólo estético, sino imprescindible para la masticación y la consiguiente correcta digestión. ¡Ah!, tonto de mí: la Ministra no se dio por enterada de mi solicitud. Y pienso ante esa indiferencia que el mundo sería mucho más hermoso si no existieran políticos como esa Ministra, sorda a quejas de humildes ciudadanos que sólo desean SABER y que se les informe sobre sus dudas acerca de un problema tan importante que no parece importar a quienes tienen la obligación de interesarse por las inquietudes y las necesidades de la población...
3
Publicar (en España y en muchos países) se ha convertido en una obsesión: quien no haya publicado un libro es como quien no aparezca en la televisión: no existe. Aquí publica lo mismo una presentadora de televisión que un taxista que un cocinero que un bioquímico. Lo que no sé es si tantos libros dejarán ganancias a sus editores, si se venderán, y si los autores reciban algo más que un desencanto. Pero hay otra fórmula de las personas que se dedican a otras actividades y se empeñan hasta el delirio en recolectar sus artículos o hacer la historia autobiográfica de sus vidas aunque no hayan cumplido 30 años: la publicación pagada, o sea: tú pagas una cantidad a una editora o a una imprenta para que te publiquen el libro que quieras, que al salir se unirá a la inundación de bodrios que colman los estantes de las librerías, cuyos propietarios no hallan cómo salir de tales autores que nadie sabe quiénes son. En vista de eso he decidido abandonar mi ingenua idea de publicar un libro y que me paguen por él. No quiero ser pasto de aglomeraciones papíricas para que no me lea ni El Tato. Y como dijo García Márquez: "ahí les dejo esa..." Bueno, ya saben...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr

viernes, 21 de septiembre de 2012

REALISMO CIUDADANO


1
Caminando por las calles de Madrid me deleito mirando las muchachas (en flor) que pasean su belleza, su juventud tan llena de deseos de vivir, su despreocupación total hacia otro sentido que para ellas no tiene su dichosa existencia. Como es verano, casi todas llevan sandalias abiertas mostrando sus pies, y casi todas con las uñas de los pies pintadas en un coqueto lucimiento de pisadas rápidas, como si el mundo que van a conquistar se les escapara de su tiempo. Y la mayoría de ellas luciendo sus espléndidos cuerpos, sus carnes lisas y tersas, sus cabelleras sueltas, su donaire que no las abandona. Las miro con admiración: el mundo es suyo. Pero detengo mis ojos en muchas que llevan piercings, tatuajes (algunos incluso bonitos), vaqueros razgados que muestran rayas de su piel, y unas pocas cabellos tricolor. Y eso me apena. Porque pienso que es lástima de tanta bisutería ornamental: quien necesita llevar mucho por fuera... es que lleva poco por dentro...
2
La vieja Europa en realidad tiene poco de que enorgullecerse y poco que enseñar al resto del mundo (su historia delata lo que siempre ha representado como colonizadora, guerrerista, anticuada, y otras yerbas que los países de América han olvidado, conservando su herencia de lo que les dejó hace ya siglos de conquista). Cierto que de esta parte del mundo ha salido el tesoro artístico y cultural más grande y valorado de cuantos circundan el planeta, pero cierto también que las dos únicas guerras mundiales que tanta muerte, tanto luto y tanta destrucción han traído a todo el mundo, surgieron y se ejecutaron aquí, aunque eso no quita ni borra que en otras zonas terráqueas también esas barbaridades hayan azotado a parte de la humanidad. Pero ahora Europa está en calma (aparente) y trata de enseñar al resto del mundo que puede establecerse una sola nación universal con una sola moneda y una sola bandera (pues no es otro el intento de la UE)... pero los hechos dicen que hasta el momento, ese sueño no pasa de ser una utopía. Todavía esta gran humanidad no está preparada para semejante empresa, y los errores que la vieja Europa sigue cometiendo alejan la idea de que muchos otros lugares sigan sus pasos en los demás continentes...
3
Siempre que se hacen encuestas y/o listas de los actores y actrices más grandes o mejores de la historia del cine, los nombres que aparecen son de artistas de países de habla inglesa (Estados Unidos, Reino Unido, Australia) como si el llamado séptimo arte sólo existiera en esos países. Casi nunca aparece un nombre de Francia, Italia, Alemania, Rusia, Japón, Argentina (por citar los ejemplos más destacados en la cinematografía universal), cuyas trayectorias deberían poder competir por esa suerte de selección de grandes y mejores. Pero lo más triste es que eso sucede por una razón económica: los artistas de cine más conocidos son aquellos de los países de una economía que puede permitirse promocionar sus obras por todo el mundo, inundando el planeta de nombres que son hiperconocidos en todas partes, como Marlon Brando, Katharine Hepburn, Lawrence Olivier, Nicole Kidman, Paul Newman, Meryl Streep, etc. Esos "pobres" actores y actrices de Francia, Italia, Alemania, Rusia, Japón, Argentina, cuya calidad es indiscutible, y cuyos nombres no pudieran obviarse en la historia del celuloide, apenas son conocidos por un pequeño grupo de elegidos o críticos de ese arte moderno, y no aparecen jamás en esa honorable lista de grandes intérpretes universales. Y no hay dudas, para quien conozca un poco sobre cine, de que de esos países pudieran aparecer muchos nombres de figuras cinematográficas que nada tendrían que envidiar a las grandes glorias del séptimo arte procedentes del mundo de habla inglesa...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr

martes, 11 de septiembre de 2012

ESPAÑA SIN SOLUCIONES


la ciudad...

Madrid es una ciudad moderna, desarrollada, bonita, agradable, con unos servicios generales que a pesar de la crisis funcionan correctamente, bien comunicada, donde casi no existe un solo sitio que no tenga áreas verdes como pulmones y ornato natural que embellece la villa, y sobre todo, de gente hospitalaria, cariñosa, solidaria, y predispuesta a hacer amigos sin reservas... Sin embargo, la ciudad padece de cierto abandono por parte de sus autoridades competentes: limpieza deficiente en algunas zonas metropolitanas, basura desbordada en numerosos contenedores, papeles, cartones y envases desechados en los frentes de muchos pequeños comercios cerrados y portales de algunas instituciones que no parecen estar en activo, cacas de perros y palomas sin recoger en aceras y parques, baches en sus calles, etc., que afean la imagen de la capital española a turistas y residentes que miran con tristeza tantas chapucerías que no acaban de enmendarse...

el país...

El tema/asunto de la Economía ha logrado, además de aburrirnos, que muchos se olviden de que en España no es ése el único gran problema que afronta esta sociedad: la división de la misma en dos mitades antagónicas que parecen pensar más en sus diferencias que en el interés de la patria de todos, el desplome preocupante de la educación y la cultura de los jóvenes, notable y casi trágico si se conoce que entre las 200 principales universidades del mundo no hay una sola española, las 17 autonomías que son una carga para los contribuyentes que las mantienen, la absurda vigencia de unas leyes que  benefician más a los victimarios que a las víctimas y ayudan a los delincuentes que son detenidos decenas de veces y puestos en libertad otras decenas para que continúen cometiendo fechorías sin parar, las instituciones que sobran por su inutilidad (Tribunal Constitucional –con el Supremo bastaría-, Senado -apruebe o rechace una propuesta, es el Congreso el que decide-, Consejo de Estado -refugio que nadie sabe dónde está ni qué hace ni para qué sirve, a donde van a forrarse los expolíticos de todas las tendencias cuando salen o los hacen salir-), y en fin, un sinfín de problemas que necesitaríamos demasiada honradez que nuestros políticos no tienen para comenzar a intentar resolverlos, y hacer una limpieza enorme en los organismos de la justicia, tan amante de ponerse cerca de los terroristas de ETA y lejos de sus víctimas para vergüenza de quienes la tengan todavía...

la situación...

Este bello país con gente tan admirable, maravillosa, hospitalaria, donde vivir podría ser un verdadero placer, no merece verse en semejante y bochornosa situación. Sólo se me ocurre traer las palabras de José Martí, como al menos reconfortante esperanza de una situación que debería cambiar radicalmente, y pronto: “los malos imperan donde los buenos son indiferentes”... Y parece que en España los buenos se han vuelto indiferentes...

Augusto Lázaro


@augustodelatorr

sábado, 1 de septiembre de 2012

LOS JEFES DEL MUNDO


Es grotesco que esta humanidad esté dirigida (casi) totalmente por 6 políticos que controlan, dominan, y lo peor: determinan qué es lo “mejor” para la humanidad: Obama, Putin, Hu, Cameron, Hollande (jefes de gobierno de los 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a vetar cualquier propuesta que no les agrade: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia), y la ilustre señora Angela Merkel, jefa del gobierno de la cuarta potencia económica del mundo: Alemania, y jefa por carambola de la inútil Unión Europea.

Desde siempre la humanidad se ha visto dominada por unos pocos que sostienen la varita de mando en las naciones más poderosas, conquistando, colonizando, y a veces esclavizando a los pueblos de las naciones derrotadas en guerras imperiales o simplemente en acciones de conquista. Ejemplos hay muchos en la historia. El hombre ha estado siempre sometido, bajo botas extranjeras o propias, pero siempre a merced del antojo de quienes lo gobiernan que ordenan lo que se les ocurre o lo que conviene a sus intereses, hasta llegar a situaciones realmente vergonzosas, incluso en este siglo que comienza con guerras, sangre, lágrimas, dolor y luto. El ejemplo para mí más penoso es el de las todavía existentes colonias: países, islas, incluso ciudades, que “pertenecen” a otros países, estando geográficamente en zonas que no forman parte del país colonizador. No creo necesario citar ejemplos, hay demasiados a estas alturas de la humanidad.

Y del dominio de esas grandes personalidades políticas un ejemplo claro es el de nuestra vieja y moralmente deteriorada Europa, donde se ha llegado a la humillación de que ya no tenemos gobiernos autónomos: ahora nos mandan del extranjero, nos dicen qué debemos (tenemos) que hacer, nos ordenan, como si fuéramos mercancía de su pertenencia que ni siquiera podemos exclamar un NO de vez en cuando, rechazando una situación que a quien tenga vergüenza y autoestima no puede complacer.

Pero eso es lo que tenemos, porque este no es el tiempo de los héroes que lucharon por sus patrias, como Martí, Bolívar, Lincoln, Churchill, de heroínas como Agustina de Aragón o Mariana Pineda en el caso de España... No. Ahora los héroes son los futbolistas y el patriotismo es una mercancía que se tasa en monedas contantes y sonantes. Mal que nos pese a todos los que todavía queremos creer que somos libres, independientes y soberanos...

Augusto Lázaro
@augustodelatorr