Powered By Blogger

lunes, 30 de octubre de 2017

¿QUE HE HECHO CON MI VIDA?

+
Lo más difícil para un ser humano normal es descubrir si su vida es o ha sido útil y si lo que ha hecho hasta hoy es lo más y lo mejor que podría haber hecho. Porque es demasiado triste y frustrante llegar a cierta avanzada edad, pararse frente a un espejo, y preguntarse a sí mismo: ¿qué he hecho con mi vida? ¿Dejaré algo cuando llegue mi última hora? ¿Alguien pronunciará mi nombre cuando yo haya muerto? Y entonces, si hacemos eso y somos sinceros con nosotros mismos, nos daremos cuenta de que no estamos conformes con nuestras vidas y que quizás si pudiéramos repetirlas, haríamos las cosas de otro modo, aunque la mayoría declare que “haría lo mismo” si le preguntaran al respecto. Yo declaro que si pudiera repetir mi vida, todo lo haría distinto. Porque pretender engañar a los demás diciendo lo que no se siente es, en primer lugar, engañarse a uno mismo, y cuando se tienen tantos años esa pretensión no pasa de ser una estupidez.
++
Como también es una estupidez considerarse a sí mismo como lo que no se es, porque los Einsteins y los Hawkins no abundan como las patatas fritas, y por lo tanto, estas personas que tienen la mala costumbre de creerse eruditos y/o sabios capaces de indicarle a sus semejantes cómo deben vivir y lo que deben hacer, terminan por caer mal y aunque la mayoría no se los suelte en sus caras, por detrás, como es habitual, denostan y rajan de esos individuos y en general no los resisten ni soportan, augurándoles un futuro de soledad nada agradable que los mantenga alejados de cualquier grupo “normal” que no se deje influenciar por los iluminados consejeros rectificadores capaces de enmendarle la plana al mismísimo Tolstói.
+++
Vivimos en un mundo en que para desgracia nuestra se valora más lo externo, y donde la cultura, la educación, la sabiduría y la inteligencia tienen realmente muy poco valor. Y eso se muestra en los medios, sobre todo en la televisión, que es una especie de meta que ha provocado que en la calle y en los lugares donde se reúnen personas de diversas características, se llegue a decir que “quien no sale en la televisión no existe”. Y estas palabras no me parecen exageradas, sólo les añadiría que quien no posee los méritos anteriormente señalados (belleza física y sus componentes) está condenado a pasar inadvertido y lo peor, a no poder aspirar a una vida más plena y con mayor nivel (quizás siendo un verdadero erudito) y a tener que conformarse con la “suerte” que le ha tocado en la única vida que tiene, pues no hay otra oportunidad de volver a nacer para emprender una nueva búsqueda de esa felicidad, ese bienestar y ese alto nivel de vida al que todos, según papeles que resisten todo cuanto le garabateen encima los poderosos que hacen las leyes, tenemos derecho…
Augusto Lázaro

@lazarocasas38

lunes, 23 de octubre de 2017

SOLO EN TU CABEZA

No sé si antes (cuando digo antes me refiero a varias decadas atrás) habría en el mundo tanta gente con stress o depresión, sólo sé que según las informaciones que a diario leemos, actualmente el número de personas deprimidas es bastante alto. Precisamente ahora que la ciencia y la técnica han avanzado tanto y existen tantos aparatos y medicamentos que se supone mermarían los estados depresivos que mucho daño hacen. O quizás precisamente por esa abundancia de tecnología y medicamentos es que se produce ese aumento en estas sociedades consumistas y súper desarrolladas que disfrutamos y/o padecemos. Descifrar el “misterio” requeriría un estudio mucho más amplio que los que se están haciendo o ya se han hecho.
Diariamente me encuentro con hombres y mujeres cuyas caras denotan que no se sienten del todo bien. A quienes trato, por ser amistades o personas con las que tengo un contacto casi diario, lo mismo en persona que por vía de Internet, les pregunto, cuando existe suficiente confianza, qué les sucede para estar en ese estado que tanto perjudica su salud mental, y por lo tanto, las demás actividades que debe o tiene que realizar durante cada día. La respuesta es similar en la mayoría: “me siento deprimida”, “tengo un estrés que me tiene medio loco”, “no me digas nada, estoy…” y así más o menos. Por supuesto que yo no soy médico ni especialista y mucho menos ese tipo de gente que se pasa la vida dando consejos como si fueran Sigmund Freud o como si lo supieran todo y estuvieran en condiciones de dictaminar lo que debe hacer cada cual para aliviar o eliminar su estado depresivo. Sólo soy un investigador de causas que tienen que ver con la vida de las personas (y de los animales) y me gusta saber. Eso es todo. O casi.
Hay un libro titulado TODO ESTA EN TU CABEZA de la famosa neuróloga Susanne O’Sullivan, que a juzgar por el subtítulo (9 historias reales de enfermedades imaginarias), ya pueden imaginarse que se trata no de uno de esos libelos llamados de autoayuda que no ayudan a nadie, sino de un relato de la actuación de esta doctora que leí con atención y lo consulté con mi médico de cabecera, llegando ambos a la conclusión de que el libro puede ayudar a muchos a comprender que la mayoría de las veces el estrés es provocado por cosas que sólo existen en sus cerebros y por lo tanto, con un esfuerzo y sobre todo con fe en que lo que se lee es cierto, les va a ayudar en su problema y en la mayoría de los casos estoy seguro de que aliviarán o eliminarán su estado depresivo. Como me sucedió a mí…
Después de todo, con probar no van a perder nada. Y pueden ganar mucho. Y ayudar a la gente, aunque muchos no merezcan esa ayuda, produce un bienestar que evita precisamente caer en una situación de estrés naturalmente evitable...
Augusto Lázaro

@lazarocasas38

lunes, 16 de octubre de 2017

LA GENERACION (IN)MOVIL

No soy de los que piensan que "todo tiempo pasado fue mejor". Pero estoy convencido de que con tanto adelanto en la técnica y la electrónica, sobre todo en la informática, la gente ha perdido en gran parte su disposición de comunicarse personalmente con sus semejantes, prefiriendo la soledad ante un aparato que en menos de un minuto logra poner en contacto a personas que pueden estar distantes miles de kilómetros. La pregunta de si eso es bueno, si ha hecho más beneficios que perjuicios a la humanidad, no estoy en capacidad de contestarla, y me veo obligado a dejársela a quienes investigan la sociología del momento, controlada casi totalmente por aparatos y máquinas que se desentienden de los seres humanos "en persona y frente a frente". Lo que sí sé es que estamos creando una generación de tontos cuyo único sentido en sus vidas parece ser el móvil (celular), sin el que prefieren no seguir viviendo, aunque esta afirmación parezca exagerada. He hablado con decenas de jóvenes (y algunos no tanto) que me han confesado que prefieren perder cualquier cosa (algunos han llegado a afirmar que hasta la salud) antes que renunciar a su adorado aparatico que llevan incluso cuando van a hacer sus deposiciones en el cuarto de baño. ¿No lo creen? Yo tampoco lo creía. Pero tuve que convencerme de que lamentablemente esa es la realidad…
Alguien la llamó “la generación del móvil” y no le faltaba razón, porque actualmente es casi imposible ver a un joven sin ese adminículo que absorbe gran parte de su vida. Una mañana, al subir al autobús de costumbre, en el que había alrededor de 14 personas, conté con la vista y noté que de esos 14, incluyendo a personas de todas las edades, había 9 con un móvil en las manos, totalmente abstraídos, como si lo que tuvieran ante su vista fuera el elíxir de la juventud eterna. Otra anécdota conocida (o no) es la de 4 chicas que se citaron en un bar para pasar un buen rato juntas, pues hacía tiempo que no se veían. Estuvieron allí alrededor de 3 horas, en las cuales las 4 apenas se dirigieron la palabra, pues cada una de ellas se entretuvo en mirar y manipular su móvil. Y al despedirse (lo mejor), una de ellas dijo “¡qué bien la hemos pasado! ¿Cuándo nos vemos otra vez?”. Sí, de esta generación depende el futuro. Menos mal que ya pronto viviremos en Marte… según dicen algunos científicos, claro…
Pero la vida no se reduce sólo al uso del móvil. La juventud ha perdido el deseo de realizar actividades físicas o no, que lo mantengan en contacto con sus semejantes: prefieren llegar a sus casas y enseguida conectarse al ordenador o al móvil que ya llevan conectado, y ponerse en contacto con amigos a distancia a los que a veces ven en las pantallas, gracias a las videollamadas, lo que les resulta mucho más interesante y además les permite estar en la comodidad del hogar sin soportar el gentío bullanguero que molesta o las incomodidades del transporte, junto a otras cosas no muy agradables que se encuentran en las calles. Así han llevado sus vidas a casi una sola acción que puede darles momentos agradables, pero al mismo tiempo los aleja cada vez más de la comunicación natural entre las personas, que con el tiempo, como se ve en la novela EL SOL DESNUDO, de Isaac Asimov, se convertirá en el único modo de encontrarse con seres queridos, amistades o personas que por alguna razón o motivo tengan que ver y tratar. Quizás ese tipo de vida sea mejor, no lo sé, pero sé que a todo se acostumbra el ser humano y a esta nueva forma de existencia tendremos que irnos acostumbrando, pues ya forma parte del sentido de nuestra vida mientras estemos en este planeta, porque quién sabe si en otro la situación que encontremos no nos permita dedicar tanto tiempo a tantas nimiedades…
Augusto Lázaro

@lazarocasas38

lunes, 9 de octubre de 2017

OSCURIDAD

+
Mientras el futuro de la humanidad está en manos de un par de locos capaces de cualquier cosa, en España los políticos y sus medios sólo se preocupan de un asunto intrascendental como es el famoso referendo de Cataluña en busca de su independencia. Cada cual con su problema, claro, pero deberían pensar un poco más que en cualquier momento a uno de esos locos se le ocurre apretar el botón fatal y ni referendo ni Cataluña ni España ni nada...
++
Por fin se celebró el referendo que unánimemente llamaron “ilegal” sin explicar por qué era ilegal. Al menos, no me enteré nunca del por qué esa calificación. El caso es que todo llegó, como es característica de este país, demasiado tarde: hasta la intervención del rey a última hora, cuando el daño ya estaba hecho. Y lo más lamentable y triste: que todo este follón que dejó cerca de mil heridos podía haberse evitado si se hubiera actuado desde el principio. Pero no se hizo. Pudo más la comodidad de la espera, esperar sentados que las cosas se resolvieran solas. ¡Ay, España!
+++
Y en definitivas, ¿alguien ganó algo con toda esa parafernalia política? Insisto y perdonen, pero yo gobierno hubiera dejado que los catalanes votaran todos los referendos que se les ocurriera, que al final veríamos que la mayoría de votantes (como el voto es secreto) hubiera votado por permanecer en España (como Québec y Escocia) y todos felices y contentos, siempre y cuando se hubiera hecho un pacto “de caballeros” para que los vencidos aceptaran la votación de la mayoría y se acabó. ¿Ven ahora lo fácil que todo hubiera sido? Pero nuestros políticos son empecinados, además de aferrarse a sus ideas como si fueran los sabios de la Grecia antigua que cuando decían que estaba lloviendo la gente corría a protegerse de la lluvia…
++++
Y al final ¿qué? Todavía no hay independencia. Todavía sigue la monotemática de los informativos. Todavía la gente está hasta los huevos de tanto referendo, de tanta independencia, de tanto perder el tiempo sin que quienes pueden se decidan a hacer algo. Seguimos esperando, como siempre. Es nuestro verbo definitorio. Pero lo peor de todo es que la mayoría de nosotros (y me incluyo) no sabemos realmente qué coño estamos esperando…
Augusto Lázaro
@lazarocasas38


lunes, 2 de octubre de 2017

UNA SOLUCION

Sí, ya sé que me van a decir que en ningún país se respeta la libertad de expresión, pero yo vivo en España y voy a hablar de España, porque me gusta hablar de España, de lo bueno y de lo malo. Sí, ya sé que me van a decir también que todos los países tienen cosas buenas y cosas malas, pero repito que como vivo en España no me interesa hablar de Bangla Desh, eso se lo dejo a los interesados en esa otra parte de este planeta que el día menos pensado puede deaparecer. Al menos sus habitantes, aunque la pelotita que gira y gira en el espacio no creo que explote y ¡pum!, adiós La Tierra. Además, en caso de acabose, siempre quedarán agunos bípedos, además de las cucarachas, que como se sabe, son inmortales y resistirían cualquier hecatombe. Está probado. Pero a lo que iba (siempre estoy incluyendo eso que llaman... pues no recuerdo cómo, pero los lectores inteligentes -ustedes, claro-, saben a lo que me refiero). Pues eso. En España, país libre y democrático según dicen los que lo dicen, hay algunos aspectos que demuestran que no hay total libertad de expresión. Veamos varios ejemplos:
1)      El peligro de caer en el pensamiento único: en algunas tertulias televisivas nadie puede opinar que está en contra de las corridas de toros, ni que está a favor de la independencia de Cataluña, ni que no le gusta el fútbol, etc. Tal parece que todos los tertulianos que participan tienen una misma idea sobre temas trascendentales e importantes y “cállate, soldado”. Y eso niega la democracia. Pero también sucede en periódicos y emisoras radiales. Vean y oigan, hagan la prueba y me dirán.
2)      Cuando alguien se expresa libremente sobre algo que está en el ambiente con una opinión distinta, corre el riesgo de ser llamado (saliendo bien) “rarito” y sentir, aunque no se lo digan directamente, el rechazo del grupo que parece estar de acuerdo unánime. Otra muestra antidemocrática, pues la unanimidad no existe, aunque algunos pretendan imponerla.
3)      Si es ud una persona con gustos diferentes a los de la mayoría, no los exprese, pues decir, por ejemplo, que la pelÍcula TAL del director MASCUAL es una (...), es buscarse problemas, porque aquí todo el mundo es entrenador de fútbol, crítico de todo y se cree que tiene la llave de los truenos, o sea, la verdad verdadera, total y única. ¿Democracia? Y menos mal que no les de a esos grupos por darle una azotaína, a eso no hemos (todavía) llegado.
Y podría poner otros muchos ejemplos, pero no vale la pena emborronar cuartillas hablando de cosas de todos conocidas. El caso es que la democracia y la libertad de expresión son dos términos muy fáciles de aplicar y muy difícles de ejecutar y probar, y por lo que se nota, parece que este es un mal que va a perdurar por largos y ¿felices? años...

Augusto Lázaro


@lazarocasas38