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lunes, 31 de octubre de 2011

OTRA VEZ LOS PREMIOS

Al conocer el nombre del galardonado con el PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2011, mi primera reacción fue recordar a las grandes figuras de la literatrura universal que murieron sin obtener esa distinción como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, James Joyce, y unos cuantos más que sin dudas hubieran honrado a la institución encargada de premiar cada año a quienes, según los miembros del Jurado, merecen el premio. Y recordar a otros, ya muy mayores, que quizás morirán sin obtenerlo, como el mexicano Carlos Fuentes, por ejemplo, nombres que denuncian la arbitrariedad, el despiste, la injusticia, y la estupidez de la Academia que durante más de un siglo concediendo galardones en literatura, ha dado muestras de que esos premios muchas veces responden no a la calidad de cada autor, sino a otras cuestiones que no quiero mencionar aquí, ya que son conocidas de todos los amantes de la literatura en el planeta.

Hace algún tiempo escribí en este blog que hay un libro titulado precisamente EL PREMIO NOBEL, de Irving Wallace, que pone al descubierto los entretelones y las ausencias del premio, así como los premiados sobrantes que no alcanzan la categoría de un Vargas Llosa, por ejemplo. Esa obra, escrita como un testimonio novelado y a la vez muy crítica con la Academia, desnuda certeramente las manipulaciones que han determinado gran parte de las concesiones literarias suecas, reconociendo los valores de muchos y a la vez la falta de los mismos de otros. Pero eso se ha extendido por todo el planeta (con minúscula, por si acaso, porque con mayúscula hay similitudes innegables), y encontramos actualmente que la mayoría de los premios llamados "serios" responden a la misma manipulación.

En España pueden contarse con los dedos de una mano las instituciones que conceden un premio importante a quien realmente lo merece. Es de opinión múltiple que en este país todos los premios (quizás se exagera diciendo "todos") importantes ya están dados de antemano, y nunca a alguien desconocido, porque, como dicen en los pasillos de las recepciones literarias, "para darte a conocer tienes que publicar, pero para publicar tienes que ser un conocido", y este intríngulis ni Jesulín el torero sería capaz de descifrarlo. Es, como diría el diestro, "im - presionante", sólo "dos" palabras para definirlo.

Dice el refrán que “en todas partes cuecen habas”, pero a mí me interesan mucho más las habas que se cuecen en mi país de adopción, que lastran el buen desenvolvimiento de la creación literaria, pues es una realidad que nadie puede negar que aquí los premios literarios se manipulan a discreción y ha habido casos en que se ha adelantado algún premiado (o premiada) aun antes de darse a conocer el resultado por los Jurados encargados por la editorial determinada. Y me pregunto entonces ¿para qué participar en concursos a sabiendas de que no se va a obtener ningún premio?

Y presentar un libro en una editorial, si no se es una figura “con un nombre” es otra tontería que muchos cometen, que parece que esperan el milagro del burro que tocó la flauta, o quizás no sepan (¿quizás no lo sepan?) que sus libros les serán devueltos tal y como los entregó, porque en la mayoría de los casos, ni siquiera van a ser leídos. Anécdotas las hay a montones, pero hay una de alguien cuyo nombre prefiero callar, que no tiene desperdicio:

A presentó una novela en la Editorial B, en persona, entregándole el paquete a C, que le sonrió, sin darle siquiera un acuse de recibo, aunque A no lo solicitó. A los 3 meses A volvió a la Editorial y cuál sería su sorpresa al ver que la señorita C extraía su libro de la misma gaveta donde lo había guardado en el momento de su recepción. Y no sólo eso, sino que... sé que no lo van a creer... ¡el paquete estaba sin abrir!

Otra pregunta mejor y sin respuesta: ¿para qué escribir literatura? Si alguien tiene una respuesta, me adelanto en decirle ¡muy agradecido!

Augusto Lázaro

jueves, 27 de octubre de 2011

¿PARA QUE LAS GUERRAS?

¿Qué sucedería si el señor Barack Hussein Obama, Premio Nobel de la Paz, decidiera retirar todas las tropas de Estados Unidos destacadas en Afganistán, Iraq, Libia, Siria, Líbano, y en todos los demás países donde Estados Unidos mantiene ejércitos regulares, siempre en tareas bélicas, y siempre con goteros de cadáveres que son enviados a su patria envueltos en la bandera norteamericana y con mensajes de condolencia a sus seres más queridos? Pues voy a correr el riesgo de parecer un extremista antibélico, y que muchos se burlen de mi punto de vista, pero ahí les va lo que yo creo que sucedería, sin ninguna duda:

--el 90% de los ciudadanos de Estados Unidos celebraría esa decisión.
--los "americanos" serían mucho menos odiados en todo el mundo.
--Estados Unidos se reafirmaría como una súper potencia a la que ninguna fuerza (y ahora ninguna sorpresa) pudiera atacar impunemente.
--dentro de la crisis que atraviesa, volvería otra vez a alcanzar los más altos niveles de vida que siempre tuvieron, por encima, bien distante, de cualquier otro país, sin temor a una nueva recesión jamás.
--el señor Barack Obama recuperaría parte de la estima que poco a poco ha ido perdiendo entre la población de ese país.
--se ahorrarían miles de valiosas vidas caídas en empeños casi siempre inútiles, avalados por supuestas convicciones y necesidades inexistentes de actuar como si fueran los "salvadores" de la humanidad que tienen el deber idealizado tontamente de acudir a cualquier sitio del planeta donde los políticos crean que el país debe actuar por esta u otra razón, defendiendo la libertad, la democracia, los derechos humanos, etc., que se defenderían muchísimo mejor resguardando las fronteras y aplicando otra política, manteniendo la más poderosa economía de La Tierra, y con eso obviando la solución militar tantas veces aplicada sin seguridad de victoria, como es el caso de Afganistán, como solo ejemplo, actualmente.

Pero eso no sucederá: la mentalidad de los políticos de Estados Unidos está acostumbrada, asimilada y adaptada a enviar y mantener tropas que originan gastos materiales y humanos y críticas en todo el mundo, y es casi imposible imaginarse, sólo imaginarse, un nuevo dirigente que piense primero en su patria y en los ciudadanos que gobierna y que no quieren guerras, sino paz, trabajo, progreso y bienestar, y desactive esa obsesión militar que tanto daño ha hecho, mucho más que el beneficio que pudiera compararse en esas aventuras descocadas en donde se han involucrado, sin siquiera la seguridad de un triunfo que no obtuvieron en Viet Nam al igual que no obtendrán en Afganistán donde miles de soldados no son capaces de evitar atentados, bombas, golpes arteros al gobierno elegido y tan débil que con sólo soplarlo se dobla. Y no hablemos de Iraq, donde diariamente (¡diariamente!) mueren personas, entre ellas norteamericanos, por las mismas (atentados, bombas, golpes arteros, etc.), sin que esa enorme cantidad de tropas pueda evitar esas fábricas de cadáveres que caen supuestamente por defender una libertad que no existió antes ni existe ahora ni existirá cuando tengan que salir esas tropas de ambos países, por la propia característica de esas sociedades.

Creo que Estados Unidos debe ser un baluarte de la libertad en todo el mundo y ayudar, además de económicamente, militarmente, a un país amigo y aliado si éste se encuentra ante una amenaza real de invasión por otro, al que no pueda vencer con sus propios medios. Eso es lealtad con los amigos, con los aliados. Pero de ahí a dedicarse a invadir territorios donde tras una ocupación formal o consensuada pasa el tiempo y no se ven progresos, más bien al contrario, como los casos de Iraq y Afganistán, pienso que no es más que una estupidez que no tiene ningún sentido ni beneficiará a la gran nación americana ni ahora ni nunca. Y que no puede justificarse con el consabido sonsonete de “si sacamos las tropas qué será de ese país”, argumento que no se sostiene ante la situación y el resultado de mantenerlas, como hasta ahora.

Sería muy positivo que el señor Obama y su equipo de gobierno analizaran cuidadosamente esta situación y tomaran una medida que, si no en su totalidad, retornara a la mayoría de sus tropas a la patria, tan enlutada con tantas muertes inútiles que a nada bueno pueden conducir, y eso se está viendo en una población cansada y aburrida del abandono en que se ve sumida en aras del llamado "destino manifiesto", fracasado ante la opinión mundial que cada vez se hace más crítica con esas intervenciones por decisión solitaria, muchas veces sin consultar a las naciones que pretenden "liberar" y no terminan liberando, porque en esta época, sin lugar a dudas, los "malos" nos están ganando la batalla en todos esos territorios...

Augusto Lázaro

Nota: ya había terminado de escribir esta entrada cuando Obama anunció el total desplazamiento de las tropas en Iraq. Quizás estemos viendo el principio de mi solicitud, que es la solicitud de millones de norteamericanos.

domingo, 23 de octubre de 2011

¿HA VALIDO LA PENA?

Hace años, no sé cuántos, vi un documental de Harry Belafonte titulado A VECES MIRO MI VIDA, donde el gran artista analizaba la trayectoria de toda su existencia, cuestionándose algunos aspectos de lo que había hecho al enfrentarse a situaciones trascendentales en las cuales no estaba totalmente seguro de que había hecho lo correcto. Al regresar a mi casa me puse a pensar, y recordando el documental decidí yo también echar un vistazo a mi vida, desde que tuve uso de razón y de memoria. Y al final me atenazó una sola pregunta: ¿valió la pena?

En el aspecto personal, o sea, en las decisiones y ejecuciones que sólo dependieron de mí, me reafirmé lo que siempre me repito que ya pasa a ser un disco rayado: si pudiera volver a vivir, todo lo haría distinto, y aquí entran mis fracasos matrimoniales, mis cambios de trabajo, mis estudios de Economía que de nada me han servido después por no haberme dedicado a ese giro, y otras cosas que mejor sería descartarlas por inutilidad en su recuento.

Pero en el aspecto social o general, o sea, en aquello que no dependió de decisiones propias, la pregunta cae con mucho más peso. En el último medio siglo de vida en mi país de origen, tanto sudor, tanto sacrificio, tanta dedicación a una causa perdida de antemano que jamás había dado ni daría resultados positivos en nignún punto cardinal, tanta ilusión inútil, tanta confianza en ideales irrealizables, tanto dejarse embaucar por aquellos nuevos (y actuales / eternos) salvadores supremos que nos llenaron el raciocinio de mentiras hermosas sobre un futuro luminoso que yo no pude ver, que mis hijos no han podido ver, que quizás mis nietos no podrán ver nunca... todo eso, ¿valió la pena?

Porque la vida se nos va demasiado rápido, a veces casi sin darnos cuenta de que se nos ha ido, y cuando llegamos a esa edad que algunos pretenden vendernos como "hermosa", la visión del pasado martilla implacable, concientes de que ese pasado, además de no poder cambiarlo, no podremos repetirlo, para vivirlo como hubiéramos querido vivirlo, sin tantos errores cometidos y sin tantos sacrificios inútiles padecidos por no saber a tiempo tomar decisiones que quizás hubieran cambiado nuestra vida y actualmente no estaríamos arrepintiéndonos de no haber hecho lo que una vez pudimos hacer y no hicimos.

No es un juego de palabras: cualquier persona que pase de la media rueda desearía, al seguro, haber vivido otra existencia, sobre todo en el aspecto de los errores cometidos que provocaron que su derrotero fuera por un camino que no había sido el mejor. Y Cuba es una muestra fechaciente de cuán inútil resulta enfrascarse en un proyecto que no tiene futuro, sino una repetición de la misma promesa adornada con la misma justificación por no cumplirla. Después de medio siglo de "ilusiones perdidas", sometimiento, sacrificio, carencia, espera y desengaño, volver a aquella realidad que dejamos atrás hace cincuenta años, mientras que durante el sueño convertido en pesadilla cayeron infinidad de amigos, familiares, conocidos, gente que muy bien podía haber vivido en otra realidad de no ser por la impuesta que logró engañar "a una parte del pueblo casi todo el tiempo".

Y dentro de esa pérdida vital está mi vida, como la de tantos que ahora, demasiado tarde para recomenzar un nuevo itinerario, tienen que conformarse con observar en silencio el inminente e inevitable retorno a lo que fuimos algún día, tan lejano ya en el horizonte del recuerdo que casi no nos acordamos. Pero sobre todo, casi no nos acordamos de cómo todo eso pudo suceder...

Augusto Lázaro

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿VUELVE LA POLITICA?

--¿Por qué ya no escribes casi nunca sobre la política?
--Porque la política me da asco. No sabía que te interesara.
--No me interesa, pero me gustaban tus comentarios, algunos acertados, otros no.
--¿Y por qué no me escribiste en el mismo blog tus opiniones sobre los desacertados?
--Bueno... soy haragana para ponerme a escribir opiniones. Prefiero decirlas, aunque en este caso, como nunca nos vemos, no he podido cumplir con mi preferencia.
--Estás a tiempo, ahora mismo, si quieres. Oye, ¿has probado el helado de turrón?

Mi amiga M. E. no había probado el helado de turrón, ni siquiera sabía que existía un helado hecho con turrón de Jijona, ese al que llaman blando. Lo pidió, y desde el primer contacto con su paladar quedó encantada del encuentro con ese sabor nuevo para ella que la embriagó tanto que decidió repetir.

--Cuidado con la gula, que el helado engorda. Y además, puedes pescar una indigestión.
--¿Desde cuándo tú eres especialista en gastronomía? ¿O es alguna de tus virtudes entre comillas que yo también desconocía?
--Sigues siendo tan irónica como siempre. Deberías hacerte socia mía en el blog, contigo en el dúo causaríamos sensación. A la gente le hace falta el humor, pues España está tan vapuleada por los políticos que el humor se está haciendo imprescindible, para ver si se calman los ánimos.
--Vaya, llegó la política. Desde luego que no podemos prescindir de ella en la conversación.

Pero nos despedimos sin darle cuerda al tema, porque lo que le dije lo siento de verdad: la política me da asco, aunque como me decía Manuel en nuestros encuentros añorados por su desaparición por causas ajenas a ambos, supongo, "la política es fascinante", repitiéndole yo constantemente que no le veía esa fascinación por ninguna punta del ovillo.

--Si no se la vieras no hubieras escrito tantas cosas sobre la política, ni hubieras hablado tanto sobre el asunto.

No me quedó más remedio que aceptarle la observación. Pero tenía otros argumentos y así se los expuse.

--Pues mira, ¿sabes lo que pienso? Que puede vivirse sin políticos perfectamente. Creo que seríamos mejores y más felices sin esos especímenes que tanto nos machacan.
--Estás mal de la chola, chaval.

Pero mi última aseveración lo dejó patidifuso:

--Y te digo más: incluso creo que la sociedad puede darse el lujo de vivir sin gobierno (aquí lanzó una carcajada y me miró con lástima, pensando que yo estaba de ingreso, pero le di el golpe mortal con sólo 5 palabritas). ¿Qué me dices de Bélgica?

Manuel me dio una fuerte palmada en el hombro que casi me rompe la clavícula, y movió la cabeza, de izquierda a derecha y viceversa. Al seguro que pensó que yo no tenía remedio.

Augusto Lázaro

sábado, 15 de octubre de 2011

SOLO 24 HORAS

Leo en Internet que según información de fuente digna de crédito, en el mundo se publica un libro cada medio minuto. O sea, que si usted leyera un libro diario, dejaría de leer diariamente cuatro mil títulos. Hablo de las ediciones en papel. Pero en Internet pueden leerse millones de libros, textos literarios, entrevistas, blogs, entradas referentes a la literatura, opiniones, suplementos, separatas, cuadernos, revistas, etc., que dedican sus páginas web a asuntos literarios o relacionados con la literatura. De ahí a llegar a la triste conclusión de que escribir es algo así como

machacar en hierro frío, / predicar en un desierto / y echarle jeringa a un muerto... / es todo tiempo "perdío"...

¿Por qué se ha destapado en las últimas décadas, más bien en los últimos lustros, ese afán casi enfermizo por escribir y publicar literatura?, me pregunto. Y no encuentro respuesta. Hasta los presentadores televisivos suelen publicar al menos un librito al año. Y los periodistas, al finalizar la temporada, reúnen sus trabajos o artículos y los publican en forma de libro. Ya sólo falta que El Tato también nos lance al mercado de las estanterías su libro, quizás titulado, de acuerdo con el personaje, algo así como ¿Y POR QUE YO NO?

Lo que no entiendo (y confieso mi ignorancia matemática) es qué sucede con tantos libros editados y publicados por decenas de editoriales grandes, medias y pequeñas a lo largo de cada año. Porque hay realidades que nadie puede negar:

1) es imposible que todos los libros que se publican sean comprados y leídos por sus presuntos lectores

2) y si esto es así, ¿qué ganan las editoriales publicando hasta a Juanito Cuartilla que presentó su "última" novela titulada LA MUJER QUE NO GRITABA?

Quizás yo esté errado (sin hache) y todos los libros que se publican se venden y se leen, y esta sociedad (hablo lo mismo de España que del mundo entero) sea tan culta e ilustrada que dé gusto vivir en este mundo, pero cuando me pongo a escribir para mi blog o para algún otro trabajo creativo, a veces me detengo, en seco, y me cuestiono si vale la pena. Porque como ya dije en un blog anterior: ¿cuántas personas leen lo que escribo?

--¡Cuatro gatos! -me dijo Juan Maguey un día memorable, incluyéndose él como uno de los gatos ilustres que se dignan en dedicar cinco minutos a "degustar" mis "genialidades" de pacotilla.

Por eso pongo en duda esos blogs que publican que son visitados y leídos diariamente por miles y miles de seguidores. Hombre, que los casi 7 mil millones que tiene ya el mundo, junto a las 24 horas de cada día, y las conexiones a Internet, todas unidas, me parece que no alcanzarían para cubrir de verdades tantas exageraciones. Pero en fin, que las exageraciones no son otra cosa que imaginerías de escritores (díganmelo a mí) y para tratarse de los creadores de ficción, nadie puede negar que estamos ejerciendo el espíritu evocador de nuestro trabajo, que en algunos casos es nuestra razón de ser o de vivir o de seguir viviendo. Y óiganme, que eso no es poco, vamos.

Augusto Lázaro

martes, 11 de octubre de 2011

¡OH LOS INGENUOS!

BIENAVENTURADOS LOS INGENUOS que en el mundo piensan:

que la ORGANIZACION DE NACIONES UNIDAS (ONU), a la que pertenecen 193 países, cumple una función necesaria y eficaz para el mantenimiento de la paz en toda La Tierra

que Estados Unidos va a ganar la guerra en Afganistán

que el gobierno comunista cubano va a hacer cambios absolutos en su sistema social, en su ideología, en su política, y en su dirigencia histórica mantenida en el poder durante casi 52 años

que Europa sigue siendo el corazón del planeta y que la UNION EUROPEA (UE) y la moneda única (el euro) han sido y son útiles, necesarios, imprescindibles y eternos

que las agrupaciones de grandes e importantes países como el G-8, el G-20, el G-X, así como los grupos regionales como la ORGANIZACION DE ESTADOS AMERICANOS (OEA), la ORGANIZACION PARA LA UNIDAD AFRICANA (OUA, ¿todavía existe?), el ALBA, la ALALC, el cuarteto, el tripartito, etc., van a resolver los problemas acuciantes de cada región o de todo el universo

que el terrorismo va a ser derrotado con tolerancia y buena voluntad

que el hambre en la Tierra se va a eliminar por la voluntad de los políticos

que en un futuro próximo en todos los países va a existir igualdad entre hombres y mujeres

que el capitalismo va a desaparecer y en su lugar va a establecerse un nuevo sistema con justicia, igualdad, trabajo, educación, sanidad, vivienda, y todas las necesidades de los ciudadanos (y ciudadanas) se van a ver cumplidas

BIENAVENTURADOS LOS INGENUOS que en España creen:

que las querellas presentadas por políticos o personalidades de diversos sectores van a prosperar

que las peticiones de comparecencia que piden los políticos a otros políticos se van a realizar

que las solicitudes de dimisión de sus cargos a algunos políticos van a ser atendidas por éstos

que los ricos van a rebajarse sus ingresos

que los delincuentes que detiene la policía van a permanecer en la cárcel mucho tiempo

que las órdenes de alejamiento a los maltratadores de sus ex mujeres van a servir para algo y ser atendidas por esos salvajes

que las leyes, medidas, decisiones y órdenes emitidas por los tribunales de justicia van a ser respetadas y cumplidas por todos

que los indignados son grupos de jóvenes bienintencionados que desean salvar al país de la ruina total

que las manifestaciones, protestas y huelgas van a resolver algún problema

que los ricos van a dejar de ser ricos y los pobres van a ser menos pobres

que el subministerio de Igualdad va a eliminar el maltrato y los crímenes contra las mujeres

BIENAVENTURADOS SEAN TODOS LOS QUE PIENSAN Y CREEN TODO ESO... PORQUE DE ELLOS SERA EL REINO DE LA INOCENCIA...

Augusto Lázaro

viernes, 7 de octubre de 2011

¿VIVIR DE LOS RECUERDOS?

¿Recordar es volver a vivir el tiempo que se fue? ¿Por qué el tiempo no puede repetirse? ¿Por qué tenemos que cargar con lo que hicimos dentro de él toda la vida sin poder hacerlo de otro modo? Porque al menos yo desearía no haber hecho tantas cosas que hice y que ahora tengo que recordarlas, porque no puedo perder la memoria como tantas veces he deseado para no tener que recordar lo que no quiero recordar. El recuerdo no deseado es un puñal que penetra en la materia gris, lacerando la estabilidad cuando creemos que la hemos alcanzado.

Pero al igual que el tiempo, que no puede detenerse, los recuerdos no pueden olvidarse, sólo los amnésicos pueden permitirse ese “lujo”. Estoy seguro de que hay millones de personas, por no decir todas las personas vivas del planeta, que desearian olvidar muchos momentos de sus vidas, por supuesto desagradables, que les hacen regresar a una etapa, quizás a unos días, unas horas, que tuvieron la dudosa virtud de enclaustrarse en su cerebro definitivamente para no salir de él por mucho tiempo que viviera esa persona que no quiere acordarse y no puede evitar acordarse de esos momentos, o días, o semanas, o meses, y en algunos casos hasta años.

Sin embargo, los recuerdos agradables ayudan a seguir viviendo, sobre todo cuando se tiene cierta edad en la que otros estímulos se ven reducidos o incluso eliminados de la vida diaria. Esto es lo que le sucede a muchas personas de avanzada edad, con las que hablo y me confiesan que si siguen viviendo (quizás exageren, aunque quién sabe) es por los recuerdos de sus tiempos buenos, bonitos, agradables y positivos, y cuando los ejercitan (o sea, cuando recuerdan esos pedazos de sus vidas) se sienten como si en verdad los estuvieran viviendo otra vez.

En el aspecto amoroso (erótico, sexual), los recuerdos pueden servir de complemento a experiencias actuales o recientes, o a la carencia de esas experiencias, y hay personas que se los guardan para sí mismas (y solas), pero hay otras que gustan de confiarlas a amigos de cierta intimidad, y con esas “confesiones” al menos se reconfortan pensando, como aquel que lanzó la frase histórica y popular: “¡que me quiten lo bailao!”. Porque, está claro que “lo bailao” es lo único que sólo la muerte puede quitarle a quien lo haya recordado, solo o con alguien de su confianza.

Y existe un detalle muy curioso dentro de los recuerdos, que es la música. Porque la música acompaña muchos momentos que hemos vivido, malos o buenos, sobre todo buenos, y si cuando hemos vivido esos momentos (en nuestras relaciones amorosas mucho más) oímos alguna pieza musical, esa pieza ya no nos abandonará jamás, y cada vez que recordemos el momento de disfrute en que la oímos, recordaremos también y quizás tararearemos mentalmente esa pieza. Alegrándonos, o quizás poniéndonos un poco melancólicos, pero con esa dulce sensación de sentir que otra vez vivimos lo que tanto placer nos dio, un tiempo atrás que no se borra. Ni se quiere borrar.

Augusto Lázaro

lunes, 3 de octubre de 2011

NOTICIAS BUENAS

Una señora de esas que se consideran como "mayores", a la que me encuentro a veces en la parada del autobús 148 en la Plaza de El Callao, y con la cual converso retacitos de tiempo, porque no me habla del calor ni de lo cara que está la vida ni de la situación financiera europea, sino de cosas más o menos interesantes y curiosas, acaba de decirme que ha puesto en práctica una idea que le surgió de pronto, cansada de ver en la televisión y oír en la radio sólo cosas desagradables:

--He mandado un anuncio a los periódicos ofreciendo cinco euros por cada noticia agradable que pasen en sus elementos informativos. ¿Qué le parece a usted?

Me le quedo mirando y pienso cómo reaccionarán los periódicos, las radios y las televisiones, que la buena señora parece no saber que viven del morro de las malas noticias, porque las buenas, a estas alturas de esta sociedad, no interesan, no venden, no comercian.

--¿Y no ha pensado que si aceptan su ofrecimiento, usted se va a gastar un pastón con tantas cosas buenas que va a disfrutar en la pantallita?

Y me sorprende la reacción, no de los periódicos, sino de la señora, que me mira asombrada y sonriente:

--¡Ah, vaya! Entonces, usted cree que mi idea es buena y que la van a aceptar.

Y seguimos valorando su idea, mientras yo, entre líneas del diálogo, pienso en los medios informativos, que se han convertido en una especie de aguafiestas o de rompegrupos, de esos individuos que antes, cuando se acercaban a un grupo de ciudadanos en algún lugar de charla, alguien comentaba bajito, para que el tipo no se percatara: “por ahí viene Agripino, chicos, la peste el último”, y el grupo se disolvía rápidamente.

Subimos al autobús y nos sentamos en asientos separados. Observo a la señora y me sonrío, sacando la cuenta del gasto que su idea le traería, en caso de que los canales y las emisoras aceptaran su encargo. Pero me pongo serio, porque sé, y de eso estoy más convencido incluso que de mi propio nombre, que ni unos ni otras van a aceptar la idea, porque a los medios informativos, actualmente, no les interesa un jardín lleno de rosas, ni la risa de un niño jugando en un parque, ni el descubrimiento de una píldora que restituya la salud en los seres humanos. A los medios sólo les interesa joderle la vida a quienes pierden su tiempo viéndolos y leyéndolos, molestarlos, preocuparlos, ponerlos cejijuntos y cabizbajos, metiéndoles en las cabezas que el Apocalipsis está cerca y que, como dice la leyenda en LA DIVINA COMEDIA (que de divina en verdad tiene muy poco): “lasciate ogni speranza”... Porque de eso viven, en una sociedad en que parece, tristemente, que la alegría y el optimismo están en fase terminal...

Augusto Lázaro