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lunes, 2 de octubre de 2017

UNA SOLUCION

Sí, ya sé que me van a decir que en ningún país se respeta la libertad de expresión, pero yo vivo en España y voy a hablar de España, porque me gusta hablar de España, de lo bueno y de lo malo. Sí, ya sé que me van a decir también que todos los países tienen cosas buenas y cosas malas, pero repito que como vivo en España no me interesa hablar de Bangla Desh, eso se lo dejo a los interesados en esa otra parte de este planeta que el día menos pensado puede deaparecer. Al menos sus habitantes, aunque la pelotita que gira y gira en el espacio no creo que explote y ¡pum!, adiós La Tierra. Además, en caso de acabose, siempre quedarán agunos bípedos, además de las cucarachas, que como se sabe, son inmortales y resistirían cualquier hecatombe. Está probado. Pero a lo que iba (siempre estoy incluyendo eso que llaman... pues no recuerdo cómo, pero los lectores inteligentes -ustedes, claro-, saben a lo que me refiero). Pues eso. En España, país libre y democrático según dicen los que lo dicen, hay algunos aspectos que demuestran que no hay total libertad de expresión. Veamos varios ejemplos:
1)      El peligro de caer en el pensamiento único: en algunas tertulias televisivas nadie puede opinar que está en contra de las corridas de toros, ni que está a favor de la independencia de Cataluña, ni que no le gusta el fútbol, etc. Tal parece que todos los tertulianos que participan tienen una misma idea sobre temas trascendentales e importantes y “cállate, soldado”. Y eso niega la democracia. Pero también sucede en periódicos y emisoras radiales. Vean y oigan, hagan la prueba y me dirán.
2)      Cuando alguien se expresa libremente sobre algo que está en el ambiente con una opinión distinta, corre el riesgo de ser llamado (saliendo bien) “rarito” y sentir, aunque no se lo digan directamente, el rechazo del grupo que parece estar de acuerdo unánime. Otra muestra antidemocrática, pues la unanimidad no existe, aunque algunos pretendan imponerla.
3)      Si es ud una persona con gustos diferentes a los de la mayoría, no los exprese, pues decir, por ejemplo, que la pelÍcula TAL del director MASCUAL es una (...), es buscarse problemas, porque aquí todo el mundo es entrenador de fútbol, crítico de todo y se cree que tiene la llave de los truenos, o sea, la verdad verdadera, total y única. ¿Democracia? Y menos mal que no les de a esos grupos por darle una azotaína, a eso no hemos (todavía) llegado.
Y podría poner otros muchos ejemplos, pero no vale la pena emborronar cuartillas hablando de cosas de todos conocidas. El caso es que la democracia y la libertad de expresión son dos términos muy fáciles de aplicar y muy difícles de ejecutar y probar, y por lo que se nota, parece que este es un mal que va a perdurar por largos y ¿felices? años...

Augusto Lázaro


@lazarocasas38

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