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domingo, 12 de octubre de 2014

PRENSA A LA CUBANA

Por mucha propaganda que se le hace a los llamados e-books, o sea, a los libros electrónicos, sigo prefiriendo (disfrutar de) los libros en papel, y no sólo los libros: los periódicos, las revistas culturales que son las que leo, y cualquier separata donde pueda encontrar algo que me interese, entre la vorágine de basura que además de la política, la televisión, los anuncios, el fútbol, etc., atosigan al más pinto. Por eso compro un periódico alguna que otra vez, sobre todo los fines de semana, que traen suplementos y demás. ¡Ah!, disfrutar del placer de leer libros y periódicos en papel no puede compararse con un adminículo que siempre será igual, trate de lo que trate, carente de variedad en su forma y diseño, y sin emoción, como algo inanimado y frío.
Claro que leer periódicos es como ver una película que ya se ha visto una docena de veces, y de la que sabemos hasta en qué lugar del cuerpo tiene la protagonista un precioso lunar color de chocolate. O sea, que todos los periódicos dicen lo mismo, con la diferencia de que lo que para unos es muy  bueno, para otros es pésimo: es el mismo perro, el collar es otro y nada más. Lo que no entienden muchos es tan sencillo como lamentable: los periódicos publican su versión de los hechos y su opinión sobre los mismos de acuerdo con las órdenes del dueño y jefe del diario, que no es más que una vía de las órdenes del dueño y jefe de la empresa o asociación que patrocina y edita dicho órgano de prensa. Y el salario de los periodistas depende de lo que publiquen. Eso del periodismo independiente es un cuento para abuelas enfermas. Independiente como periodista... habría que ser un periodista sin órgano, sin jefe, para escribir y expresar lo que le saliera de salva sea la parte. ¿Y dónde va a publicarlo? Si lo publica en un diario o en una revista, olvídense, sus opiniones nunca estarán en contra de la dirección del mismo o de la misma.
Pero dentro de toda esta parafernalia mediática (me olvidé citar que no sólo la prensa se edita en forma de periódicos, también está la radio, la televisión, Internet, y algún que otro ejemplar que trasmita lo referido arriba) en las últimas semanas, en España, se ha caído en un peligroso error mediático que tendremos que lamentar todos algún día: la consulta para conocer la opinión de los catalanes sobre si se quiere realmente la independencia de España o si se desea seguir formando parte de este país. Se ha cerrado la puerta con candado y bloqueo a toda opinión que no esté en contra de dicha consulta, ignorando (incluso personas de cultura e inteligencia –lo que no me extraña, pues esas personas también están a favor del salvaje espectáculo de las corridas/torturas de toros-) que con esa medida ridícula y absurda, sólo se logrará:
--que España demuestre a ojos extranjeros que tiene una idea muy rara de la democracia y que desconoce la etimología de ese término
--que el pensamiento único y la falsa unanimidad sólo pueden conducir a la opresión totalitaria y contraproducente de mantener a alguien en casa que no quiere estar, volviéndose ese alguien enemigo fuerte y con más odio y rencor hacia quien no le permite largarse, e inevitablemente surge la comparación (nada odiosa en este caso) con el método castrista o kimista de no permitir que el pueblo se exprese libremente, inventando excusas como lo de la Constitución, que no es más que un papel redactado por varias personas no perfectas ni infalibles, y que puede en cualquier momento (y debería urgentemente) ser analizado, desmenuzado y totalmente transformado, por su ya clara ausencia de actualidad...
Pero ya se sabe que quien manda, manda, y quien no tiene el mando, obedece, si no le da por otra cosa que mejor no imaginarla...

Augusto Lázaro

@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es


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