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lunes, 9 de mayo de 2016

RAZONES DEL SILENCIO

Al principio de crear LA ENVOLVENCIA recibía algunos comentarios (no muchos) sobre las entradas que solía publicar los lunes, sin faltar uno solo de esos primeros días de cada semana. Poco a poco, los comentarios fueron desapareciendo, hasta no tener ninguno. Recuerdo que en aquel entonces yo también solía leer algunos blogs de personas amigas o conocidas vía Internet, así como otras publicaciones a las que dedicaba con mucha atención varias horas de mi tiempo semanal. Mis lecturas de esas publicaciones también fueron decreciendo, hasta llegar a hoy, que realmente dedico muy poco tiempo a leerlas, dándole preferencia a los periódicos y a algunas revistas o suplementos de esos periódicos, pues prefiero leer en papel y no poner mis ojos un par de horas en la pantallita que nada bueno reporta a la vista, según consenso médico/especialista. Pero en fin, que el caso es que he llegado a la conclusión de que en el mundo hay demasiadas cosas que requieren nuestra atención, entre ellas la lectura, y que como de todos modos vamos a morirnos, y algunos “más temprano que tarde”, tenemos que priorizar nuestro tiempo dedicado a la lectura, y por lo tanto, Internet queda relegado a segundo plano, en lo que respecta a mi caso personal, que nunca he sido de esos que se pasan el día pegados a sus computadoras (ordenadores) y a sus móviles (que también tengo y al que dedico menos de una hora al día) como si la vida para ellos se redujera a esa dedicación con visos patológicos en la mayoría de los casos...

Demasiados blogs, sin dudas algunos interesantes, pero el día sólo tiene 24 horas, a las que descuento las 6 que dedico a dormir, y otras 6 a menesteres domésticos y de otra índole más práctica, y el resto a la lectura, con algo de música y de películas o series por TV, a las que dedico bastante poco tiempo. Y ni siquiera pienso ya en la cantidad de libros que me voy a morir sin leer, pues sería, además de inútil, estúpido padecer por algo que no tiene remedio posible. La leche derramada. En lo que hay que esforzarse es en que no se derrame, y lográndolo nos ahorraríamos muchos sinsabores y frustraciones evitables. Y volviendo al temita del blog y de sus derivados, escribir es además de todo lo que de esa acción intelectual se ha dicho y no voy a repetir, una costumbre que es muy difícil de quitar. Quizás por eso, a partir de ahora, de vez en cuando, me dedique a teclear alguna tontería que tal vez sea leída por unos cuantos que no encontrarán nada más productivo que hacer, y por ello merecerán mi admiración y mi asombro...

En resumen, que La Envolvencia no desaparecerá de mis quehaceres como el Twitter (por razones ya explicadas), ni tampoco el Facebook, al que sólo dedico el tiempo imprescindible para ver (también asombrado) cómo todavía hay algunas personas que se ocupan de leer lo que yo escribo, a pesar de que conozco a muchas que SI tienen cosas importantes que hacer en sus vidas, por lo que mi agradecimiento a ellas es óptimo. Y en cuanto al blog El Cuiclo, igualmente de vez en cuando aparecerán textos literarios para continuar con el espacio sin que de pronto se evapore por arte de Blogger y no se puedan encontrar las novelas y las piezas teatrales que he publicado en ese blog...

Por lo tanto y expuesto, queridos amigos, mis respetos a todos en general, incluyendo por supuesto a aquellos que dedican muchas horas diarias a este invento que ha revolucionado (o involucionado) nuestras vidas hasta el punto de que hay millones de seres humanos que preferirían no alimentarse antes que renunciar a sus celulares o a su dedicación a Internet, que puede ser muy bueno, y también muy malo, dependiendo del uso que se le dé y de lo que se busque y encuentre en sus millones de páginas web. La vida es eso, como diría el poeta Manuel Díaz Martínez, pero también es otra cosa fundamental: vivir. Vivir primero, y después todo lo demás... Un abrazo enorme de

Augusto Lázaro


www.facebook.com/augusto.delatorrecasas

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