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domingo, 22 de noviembre de 2015

ELLOS Y NOSOTROS

Reproduzco el post que publiqué cuando inicié este blog en 2010, que por su contenido mantiene su total actualidad, agregándole un comentario resumen concordante con lo que está sucediendo hoy, no sólo en nuestro país, sino en todo el mundo:
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Los islamistas se manifiestan en las calles contra Estados Unidos y contra Occidente, queman banderas norteamericanas y de otros países, gritan "¡muerte a América!", "¡guerra santa contra Occidente!", etc. Quieren imponer su cultura en nuestros países y los que residen en ellos no están dispuestos a asimilar la nuestra. No permiten que nuestras chicas entren en minifalda a sus instituciones, pero tratan de que sean aceptadas sus mujeres con el velo discriminador y humillante (no olvidemos que en muchos países islámicos las mujeres son "perras") y muchas cosas más que no vienen al caso. Tienen amplia libertad para hacer todo eso y mucho más en nuestros territorios, lo que jamás un occidental podría ni siquiera soñar en hacer en algunos de ellos. Nos consideran "infieles" a los que debería eliminarse, pues no tenemos a Alá por Dios ni a Mahoma por su (nuestro) profeta...
En cambio, nosotros, los occidentales, no podemos manifestar la más mínima crítica contra el islam ni contra quienes claman contra nosotros (cuidado, peligroso), ni por supuesto quemar una bandera de algún país islámico ni un muñeco que simbolice o represente a alguno de los muchos dictadores que rigen en esos países. Nos aventajan, y cada día más. Pueden hacer y deshacer a su antojo, algunas veces, como en nuestro país, con la anuencia o la tolerancia de nuestro gobierno y de la izquierda más rancia. Nosotros tenemos que tragarnos lo que pensamos y sentimos, porque... "no podemos ser como ellos"... ¡Qué bonito! ¿Qué dirán nuestros hijos cuando les entreguemos al primer país islámico de la Unión Europea dentro de... menos años de los que muchos piensan?
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Los atentados ocurridos en París sólo merecen una respuesta, y esa respuesta es la única que entienden estos malditos criminales: la fuerza. No se trata de castigarlos, ni amedrentarlos, ni asustarlos (nada de eso serviría para nada). De lo que se trata es de destruir totalmente al Estado Islámico, sin dejar ni la sombra de sus crímenes. Que no quede ni el recuerdo de tantas salvajadas. Solamente con esa acción conjunta y contundente podremos nuevamente vivir en paz y poder salir a la calle sin temor a que en la esquina esté esperándonos la muerte en un suicida idiota o en un coche-bomba que explote cuando pasemos por su lado paseando a nuestros hijos. Quien no lo vea así, no sólo es un equivocado, me atrevería a decir que hay que tener cuidado con él (o con ella), pues de esa actitud pudiera surgir un terrorista más. Al pan hay que llamarle pan. Basta ya de disfrazar las cosas. Hemos estado haciéndolo durante demasiado tiempo y muy caro hemos pagado llamar casabe a lo que es pan...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
www.facebook.com/augusto.delatorrecasas





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