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domingo, 2 de noviembre de 2014

PAREJA DE LUJO

Tú a tu casa, yo a la mía, solución genial para que las parejas duren al menos lo que dura el amor eterno según filósofos/filólogos/filófilos: ¡3 años! Hombre, eso era en el siglo XX felizmente pasado, aunque el XXI de feliz va teniendo muy poco, pero no viene al texto (por ahora). Actualmente, el amor eterno dura menos de 12 meses, va en picada permanente, y eso sin escepticismo, que si a esto añadimos un poco de eso que dijo Sartre que había inventado él que por supuesto era una de sus tantas bobadas que millones se tragaron, entonces dura unos 6, los que llevamos Encarni y este seguro servidor (un poco de diplomacia no viene mal del todo), disfrutando de un amor que no muere porque está latente, sobre todo porque somos dos seres que no tenemos en común absolutamente NADA. Esa es la clave. Nada de nada, sólo que la pasamos requetebién cuando no estamos discutiendo en nuestros laberintos sin fin de intentar ambos al unísono descubrir por dónde le entra el agua al coco.
--Te lo dije. Pero a ti decirte algo es como decírselo al vendedor de mangos de la terminal.
--Pero si en la terminal no hay ningún vendedor de mangos, querido.
--Precisamente...
Somos una pareja realmente encantadora: ¿una pareja que nunca discute? Pues está muerta, tiene sangre de cangrejo, dos vegetales que aún respiran, bobos de la yuca enyuntados, resignados a la nadería, sin alma y sin sal, condenados al fracaso, paripé del amor, mentiras tuyas, muchacho, eso es imposible, la serenidad perpetua, no juega, no gana, no vende, y en fin... que no, hombre, que no, no puede ser.
--¿Cuándo vamos a visitar a tu amiga que tanto ha insistido en que vayamos a verla, que está muy sola, y que...
--Es que tanta insistencia me relame un poco.
--Traduce, que ese idioma no lo conozco.
--Ya veo que son muchas las cosas que no conoces.
--Pero bueno, deja el brete y aclara lo de que te relame la insistencia de tu amiga.
--Pues nada, que con tanta insistencia me pregunto qué se traerá.
--Qué desconfiada eres. ¿Qué se va a traer?
--¿Tú qué sabes, si apenas la conoces?
--Cierto, pero la conoces tú y no creo que alguna de tus amigas no esté a la altura de tu categoría.
--La ironía no te sienta bien, querido.
--L Q T D Q, pero entonces ¿qué?
--¿Qué de qué?
--¿Vamos a no vamos a casa de tu amiga?
--Déjame pensarlo.
--Para ir a visitar a una amiga ¿tienes que pensarlo? El colmo.
--Mejor me callo y no te digo lo que quisiera decirte.
--Ya me lo imagino.
--Qué va, si te lo imaginaras me soltarías una de tus groserías.
--¿Tan malo es lo que quisieras decirme?
--Pues sí, tan malo es... mejor intenta imaginártelo a ver si puedes,
y así me ahorras el calificativo.
--Ya está bien de atracarse de cascaritas de chayote, nené. Mira, si tienes que pensarlo, decidido: no vamos y se acabó.
--¿Sabes una cosa? Que de pronto se me ha ocurrido que tienes razón, o sea: vamos a visitar a mi amiga...

Augusto Lázaro


@augustodelatorr

http://elcuiclo.blogspot.com.es



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