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martes, 29 de mayo de 2018

¿CON QUIEN HABLAR?

Yo, como (casi) todos los terrícolas, siempre me estoy prometiendo a mí mismo cosas que no cumplo. Como ejemplo puedo citar que me digo: desde mañana mismo no vuelvo a intervenir en discusiones tontas e inútiles con gente que se cree que sabe de todo, que lo sabe todo, y lo peor: que se cree superior (a mí y a los demás). Sin embargo, al día siguiente vuelvo a caer en la trampa de la discusión tonta e inútil. Con los golpes del tiempo he logrado mejorar mi récord y he llegado a eliminar a casi todos esos sabios rectificadores y enmendadores de plana, que están al acecho de que tú digas cualquier cosa para decirte que no, que no es así, sino asá, porque lo dice ella (esa persona)  y punto. Claro que si yo fuera un perro no me pasaría nada de esto, pues si tuviera un problema con algún semejante lo resolvería a mordidas y arañazos. Pero por desgracia soy un ser humano, según cierto filósofo "el ser viviente más completo de la creación (al que), sólo le falta NO hablar para ser perfecto". Y yo creo que ni aún con la mudez sería(mos) perfecto. Pero en fin...

Las relaciones personales son difíciles, como la convivencia, pero cuando dos personas que no tienen casi nada en común deben, por distintas razones, verse diariamente y hablar, es inmposible que no surja algún problema entre ellos, porque hemos avanzado mucho en técnica e informática, pero hemos retrocedido en civilización. ¿Por qué dos personas que no piensan igual tienen que "pelearse" como si fueran muchachones de secundaria que pasan "la edad del pavo"? Pues así es: si uno de los dos (o de varios, cuando hay más) quiere imponer su punto de vista y hay otro (u otros) que pretende imponer el suyo, ahí surge enseguida la discusión que lamentablemente a veces termina enemistando a algunos de los discrepantes, como si fuera obligatorio que todos pensáramos lo mismo, de igual manera, sobre cualquier asunto tratado. A veces me pregunto, al encontrarme con uno de esos con los que por necesidad tengo que contactar, si sería mejor callar y decir sí a todo lo que me diga, para evitar una discusión que a nada bueno ni positivo conduce. Pero entonces viviría encuevado, metido en mi caracol defensivo, y me aislaría de la humanidad, y eso tampoco es recomendable. ¿Qué hacer entonces?

Una pregunta que no tiene respuesta, porque cualquier opción que tomes será nula. Creo que lo mejor es evitar toda discusión y aunque sea doloroso callar tus opiniones, pues actualmente resulta casi imposible encontrar a alguien que acepte que se ha equivocado, que no tiene razón, y que tú eres quien ha dicho la verdad. Casi un milagro. Quizás por eso vivo tan metido en mi mundo que a veces pierdo el contacto con la realidad y me olvido de que los seres humanos cada día son menos humanos y, frente al espejo, me pregunto si yo también estaré perdiendo esa parte de humanidad que siempre he tenido y que últimamente comienzo a dudar si conservarla es bueno o malo para mi salud mental y física...

Augusto Lázaro

@lazarocasas38

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo 2 blogs: http://laenvolvencia.blogspot.com y http://elcuiclo.blogspot.com.es
y tengo que aguantar que Blogger me diga tan campante que todavía no he creado ningún blog
y ya hace 10 años que comencé con uno de los blogs. ¿Qué pasa, que la coeficiencia intelectual del equipo de Blogger ha mermado?

lazarocasas38@gmail.com