Sí, ya sé que
me van a decir que en ningún país se respeta la libertad de expresión, pero yo
vivo en España y voy a hablar de España, porque me gusta hablar de España, de
lo bueno y de lo malo. Sí, ya sé que me van a decir también que todos los
países tienen cosas buenas y cosas malas, pero repito que como vivo en España
no me interesa hablar de Bangla Desh, eso se lo dejo a los interesados en esa
otra parte de este planeta que el día menos pensado puede deaparecer. Al menos
sus habitantes, aunque la pelotita que gira y gira en el espacio no creo que
explote y ¡pum!, adiós La Tierra. Además, en caso de acabose, siempre quedarán
agunos bípedos, además de las cucarachas, que como se sabe, son inmortales y resistirían
cualquier hecatombe. Está probado. Pero a lo que iba (siempre estoy incluyendo
eso que llaman... pues no recuerdo cómo, pero los lectores inteligentes
-ustedes, claro-, saben a lo que me refiero). Pues eso. En España, país libre y
democrático según dicen los que lo dicen, hay algunos aspectos que demuestran
que no hay total libertad de expresión. Veamos varios ejemplos:
1)
El peligro de caer en el pensamiento
único: en algunas tertulias televisivas nadie puede opinar que está en contra
de las corridas de toros, ni que está a favor de la independencia de Cataluña,
ni que no le gusta el fútbol, etc. Tal parece que todos los tertulianos que
participan tienen una misma idea sobre temas trascendentales e importantes y
“cállate, soldado”. Y eso niega la democracia. Pero también sucede en
periódicos y emisoras radiales. Vean y oigan, hagan la prueba y me dirán.
2)
Cuando alguien se expresa libremente
sobre algo que está en el ambiente con una opinión distinta, corre el riesgo de
ser llamado (saliendo bien) “rarito” y sentir, aunque no se lo digan
directamente, el rechazo del grupo que parece estar de acuerdo unánime. Otra
muestra antidemocrática, pues la unanimidad no existe, aunque algunos pretendan
imponerla.
3)
Si es ud una persona con gustos
diferentes a los de la mayoría, no los exprese, pues decir, por ejemplo, que la
pelÍcula TAL del director MASCUAL es una (...), es buscarse problemas, porque
aquí todo el mundo es entrenador de fútbol, crítico de todo y se cree que tiene
la llave de los truenos, o sea, la verdad verdadera, total y única.
¿Democracia? Y menos mal que no les de a esos grupos por darle una azotaína, a
eso no hemos (todavía) llegado.
Y podría poner otros muchos ejemplos, pero no
vale la pena emborronar cuartillas hablando de cosas de todos conocidas. El
caso es que la democracia y la libertad de expresión son dos términos muy
fáciles de aplicar y muy difícles de ejecutar y probar, y por lo que se nota,
parece que este es un mal que va a perdurar por largos y ¿felices? años...
Augusto Lázaro
@lazarocasas38
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