Leyendo una
entrevista a Carlos Alberto Montaner, hace unas semanas, descubrí que yo no
sabía quién es el presidente de Suiza, la “llamada” Confederación Helvética. Le
dije que eso me parecía genial, y que precisamente el hecho de no saber quién
es el jefe de un país demuestra que ese país marcha bien, libre de caer en el
caudillismo, en el endiosamiento del líder que tanto daño ha hecho y hace a los
países donde la megalomanía del “gran conductor” ocasiona la ruina, la miseria,
el hambre y el sometimiento a la dictadura de una ideología fracasada, además
de totalmente desprestigiada en todo el mundo.
Los caudillos
endiosados o megalómanos se parecen tanto que apenas hay diferencias entre
ellos: se creen iluminados dueños de la verdad, la única verdad, y rechazan,
por tanto, todas las demás verdades, se consideran infalibles y no conciben que
alguien les riposte o les cuestione alguno de sus brillantes pensamientos u
órdenes, se enamoran del poder y de la gloria que éste da (o viceversa) a tal
punto que se casan con el poder, del que sólo se separan con la muerte, pues en
todas (o casi todas) las dictaduras de "líderes históricos incuestionables"
hay un solo partido, no se celebran elecciones libres y múltiples, y el gran
dirigente y conductor de masas permanece eternamente en el poder sin dar ni una
sola oportunidad a una oposición que pueda suplantarlo, pues para él no hay
democracia ni derechos humanos ni pluripartidismo ni nada que huela ni de lejos
a la palabra que más teme y odia: libertad.
Todo esto es de
sobra sabido. No hay que ser un lector empedernido de periódicos o un
televidente asiduo de los telediarios, ni siquiera alguien que gusta de oír
radio, todo el mundo está ya curado de espanto y sólo quien quiere se deja
engañar por esa propaganda tan gastada y dañina que presenta a las dictaduras
comunistas como paraísos, de los que, curiosamente, quieren irse millones de
sus súbditos, como en el caso de Cuba, donde uno de los pocos
"logros" del castrismo ha sido la creación de balseros, cosa que
jamás se había visto en la isla, pues incluso durante la anterior dictadura de
Batista todo el que quería podía salir de Cuba sin ningún impedimento. Todas
las dictaduras son malas, sólo que las hay peores y sin dudas las peores son
las comunistas con un "iluminado" líder
endiosado y
omnipresente, perpetuo, sabelotodo y controlador del pensamiento único (el
suyo) de la sociedad que oprime, esclaviza y arruina.
El deber de la
humanidad es sacudirse de sus hombros esta pesadilla de las dictaduras, en
general, pero para eso lo primero que ha de hacer es no aceptarlas y disponerse
a pagar un precio que a veces incluye la vida de miles de personas. La libertad
cuesta cara, pero sin ella ningún ser humano decente puede vivir. Martí y
Maceo, los grandes héroes de la independencia cubana, dejaron palabras que
incluso hoy se convierten en sentencia:
"los
derechos se conquistan, no se piden, se arrancan, no se mendigan"
Pidiendo y
mendigando nunca se ha conquistado la libertad...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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