La soledad
puede ser una compañera ideal, una solución al intento frustrado de encontrar
una pareja, la respuesta al hastío que se tenga del ambiente exterior, la
costumbre de la falta de costumbre de andar en compañía de grupos, síntoma de
inferioridad para relacionarse con los demás, o de superioridad al considerar a
los demás inferiores, muestra de desajuste del sistema cerebral del solitario,
o del ajuste perfecto al encontrarse en su justo medio sin necesidad de ninguna
relación con otros, y... en fin, que habría un infinito etcétera para intentar
definir una situación o actitud que sostienen muchas personas a las que a veces
otras muchas personas acusan de casasolas, antisociales, egoístas, enfermos,
locos, engreídos, pobrediablos, y otro largo etcétera que no vale la pena
describir. Cuestión: ¿es buena, regular, mala la soledad para un ser humano?
Creo que la pregunta no tiene adecuada respuesta, pues como en tantas
actitudes, la virtud o el defecto de la soledad habría que encontrarlos caso
por caso, y no generalizar una respuesta, que, como siempre sucede con las
generalizaciones, sería errónea...
Generalmente se
ha relacionado la soledad con el oficio de escritor, y esta opinión no es
desacertada, porque no se concibe un escritor creando sus obras rodeado de
personas o en un lugar donde haya mucha algarabía, conversaciones, ruido de
coches, música, etc., con el consecuente vocerío que difícilmente podría ayudar
a la concentración y el silencio que se necesita, creo yo, para darse a la
tarea de llenar una pantalla en blanco
(ya casi nadie escribe en el papel). O sea, que (en mi opinión) para escribir
la soledad no sólo es beneficiosa, sino incuestionable. Y esa soledad no
significa que quien escriba en ella sea o esté loco, desequilibrado, en babia,
o pueda catalogarse como antisocial, casasola, marginal, etc., como no
faltarían personas que lo llamaran así...
Pero la soledad
no es patrimonio exclusivo de hombres y mujeres que se dedican a la creación literaria
(¿y por qué no artística, científica, técnica, etc.?). En la historia y en la
misma literatura abundan casos de personas que llevan una vida casi totalmente
en soledad, detestando la sola idea de convivir con otras personas, y ésas que
viven en la soledad más drástica, a veces ni siquiera son cultas, inteligentes,
desarrolladas, sino simplemente seres humanos que han renunciado por voluntad
propia a relacionarse con sus congéneres, y no siempre les va mal, según el
caso. O sea, que la soledad es universal y general, y puede, como la gripe,
afectar a cualquier ser humano. No hay por qué adjudicársela solamente a
aquellos que se dedican a escribir o a crear obras de arte o a inventar cosas
nuevas para la ciencia moderna que ayudarán a las personas, y para eso
necesitan hacer su trabajo a solas, sin bulla humana ni ruido ambiental o
mecánico...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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