Se puede estar solo rodeado de gente: en la calle, en una
cola, en un centro comercial, en el aeropuerto cuando sales o cuando entras. Yo
diría que precisamente cuando más solo estás es cuando estás rodeado de una
multitud que no te dice nada, porque la soledad es más un estado mental que
material o físico...
Sentirse solo es síntoma de muchas cosas y todas
negativas, pero hay dos tipos de soledades: la deseada y la no deseada. Y hay
quien tiene las dos. El ser humano no siempre desea estar solo ni siempre desea
estar acompañado. Pero la soledad perpetua, esa es otra cosa. No es que te sientas solo porque tu novia te dejó o se
fue con otro, esa soledad es pasajera. Tampoco porque se haya muerto la persona
con la que vivías, esa también es pasajera. No, hay otra soledad que es mucho
peor: la permanente, esa en que no importa que vivas en una pensión donde vivan
trescientas personas, ni que estés en la Plaza Central concentrado para
protestar por cualquier cosa junto a más de mil gritones, ni que te salga todo
bien con aquellos con los que te relacionas diariamente, sean familiares,
amigos, compañeros de trabajo, vecinos, perros o gatos, etc. No. Te sentirás
solo si tu ánimo está solo y no estás para nadie y esa soledad es la que
termina acabando contigo y convirtiéndote en un amargado, en un relegado, en un
aislado, a veces en un marginado de la sociedad...
En mi caso yo no sé qué soledad es la que me ha tocado en
los últimos años. Por eso prefiero pensar que es la soledad del oficio de
escritor, porque alguien dijo que el oficio de escritor es el más solitario. Y
tenía razón: el escritor siempre desea estar solo con su obra como única
compañía. Que no lo molesten, que no lo distraigan, que no espanten su musa,
que no le toquen a la puerta, que no le susurren al oído cariño, ¿quieres una
tacita de café? No señor: si estás escribiendo y el intríngulis te está
saliendo bien, cualquier cosa te estorba. Pero terminas (por ahora) y entonces
te entra la corcomilla de entablar conversación con alguien sobre lo que has
creado con tu cerebro trimotor o sobre lo solo que te sientes al final de la
página que ya no está en blanco....
Lo dicho: el ser humano nunca está conforme, si le toca
una A quiere la B, y si es la B la que le llega, entonces desea la C. Qué
difícil es (siempre lo ha sido) afrontar lo que se tiene sin machacarse la vida
deseando lo que quizás nunca pueda tenerse. No recuerdo quién fue el filósofo
que dijo que “rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita”. Y la
soledad es un bien (o un mal) que todos necesitamos a veces. Y a veces no...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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