Cuando era niño,
mi papá me repetía con frecuencia, cada vez que en casa había una situación de
emergencia económica: "el dinero es un rey loco / y esa es la pura verdad:
/ no da la felicidad, / pero le falta muy poco"... supongo que con eso
intentaba justificar que no todo lo que yo quería o le pedía estaba al alcance
de sus posibilidades, aunque yo no entendía entonces el por qué de esa
situación. Pasó mucho tiempo, nuestra situación mejoró cuando comencé a
trabajar, y así hasta hoy: nunca dejamos de ser pobres, pero de esos a los que
algunos vecinos llamaban "desahogados"...
Si nos atenemos a
la cuarteta (o como se llame la sentencia paterna), el dinero puede
proporcionarnos una vida mejor, y eso no hay quién lo dude. Pues bien, si el
dinero (casi) da la felicidad, o le falta muy poco para darla, cada vez que
dejas de recibir, por alguna excusa inventada por los comerciantes o las
empresas que se dedican a sacarte del bolsillo hasta el último céntimo, cierta
cantidad de dinero, eso quiere decir que serás un poquito menos feliz. Un solo
caso como ejemplo irrebatible (porque es mi propio caso que quizás a alguien
pueda interesarle, por eso lo expongo):
Este año (que
llega a su fin), me han aumentado en €5 la factura de mi contrato con Internet,
mi banco (!), que nunca me ha cobrado comisiones, me ha cursado aviso de que a
partir del próximo año me cobrarán unos €60, o sea, €5 mensuales, por
mantenimiento de la cuenta, y para colmo, en el comedor que antes pagada algo
más de €4, ahora tengo que pagar €5, por el mismo (o quizás peor) servicio que
recibo. Cuestión, que sumando estos 3 nuevos gastos, voy a vivir €12.5 menos
feliz que hasta ahora. Nada, que nos estamos volviendo más pobres, porque a
todas éstas, casi todo ha subido menos los salarios y las pensiones: a mí me
aumentan (asómbrense) €1 cada año en mi pensión. Así como suena. Saquen la cuenta
y me dirán. España se está volviendo un país pobre, digan lo que digan los
propagandistas políticos y mediáticos tomándonos por tontos (que puede que en
eso no les falte razón, porque muchos somos tan tontos que no nos damos cuenta
de lo que antes he expuesto)... y uno se ve en la disyuntiva de seguir haciendo
el tonto, o sea, aceptando cada nuevo aumento en sus pagos, o renunciar a todo
y vivir sin esos adelantos técnicos que crean adicción y son difíciles de
abandonar…
Y ante tal
situación, no hay otro remedio posible que ahorrar en extremo, ya que en la
mayoría de los casos de personas honradas como el Menda, no puede esperarse una
entrada extra de dinero. O sea, que la única forma de afrontar nuevos gastos es
nuevos ahorros, hasta el punto de bajar el nivel de vida cada vez más, y
conformarse con ese eufemismo que llaman “vida decorosa”, que es la que se debe
mantener. Y sobre todo, no pensar que hay quienes pueden darse el lujo de
comprarse un yate de ídem que cuesta la friolera de €15 millones, o una mansión
cuyo precio me da hasta vergüenza señalar en este comentario. Pues eso, que
vivimos en un país libre y democrático, donde todos somos iguales y tenemos los
mismos derechos a ser iguales que nuestros semejantes, aunque no podamos
comprarnos ese yate de €15 millones ni esa mansión colosal que parece sacada de
una película de fantasía infantil con hadas madrinas y príncipes azules. Pero
no hay que desesperarse: estamos vivos… ¡que no es poco, vamos!
Augusto Lázaro
@lazarocasas38
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