Siendo todavía adolescente, cayó en mis manos un libro
titulado PSICOLOGIA DE LAS MULTITUDES, cuyo impacto en mi formación intelectual
fue definitivo. Yo apenas tenía nociones de asuntos políticos. Recuerdo que mis
padres iban a votar en las elecciones, no sé por qué partido ni por qué iban a
votarlo, pues más tarde me enteré de que todos los partidos eran lo mismo y
ninguno merecía ser votado, pero eso es otra historia. Volviendo al libro, con
él aprendí lo fácil que resulta manipular y movilizar grandfes masas de gente,
si se sabe cómo hacerlo, y saber cómo hacerlo es la principal especialidad que
tienen los políticos, verdaderos maestros en eso que después supe que se llama
demagogia (actualmente le han agregado el epíteto de "populismo",
vaya ocurrencia)...
Oí (o leí, no estoy seguro) a un escritor que a la
vez, cosa rara, era un político (y no de los peores) algo así como que “es casi
imposible convencer a una sola persona que esté reunida contigo, pero convencer
a miles, a cientos de miles de personas concentradas en una plaza, es lo más
fácil que un político puede hacer”. Me puse a pensar en eso durante varios
días, y comencé a interesarme por la política y por los libros que hablaban del
tema. En aquellos tiempos en mi país los llibros que se publicaban, sin
censura, procedían fundamentalmente de la difunta Unión Soviética, y algunos de
otros escritores, siempre de países donde gobernaban los comunistas. Leyendo y
viviendo mi propia vida con mis propias decisiones, también aprendí que nunca
ningún gobierno comunista había llegado al poder vía elecciones libres y
democráticas. Y así, poco a poco, me fui desengañando de los políticos y
recordando con fijeza aquellas palabras de mi tío por línea materna, Pancho
Casas, cuando me dijo que “de los políticos no esperes nada, porque to`s son
peores”. ¡Cuánta razón tenía mi querido tío!...
Otro de los postulados que oía decir con frecuencia
era que “la política es el oficio de quienes no tienen oficio”, a pesar de que
los medios llamadlos informativos (mejor sería llamarlos desinformativos)
dedican casi toda su labor a divulgar y comentar asuntos relacionados con “el
arte de engañar a las masas” (y esto no recuerdo si pertenece a algún filósofo,
sociólogo o buscavidas de turno), pero me siguió alimentando mis “ansias” de
dominar ese “arte” y así conocer mucho mejor lo que más tarde yo también
viviría como propia experiencia: el dominio de las masas cuando están juntas a
montones oyendo al demagogo correspondfiente y aplaudiendo a mares, aunque
después, cuando estén tranquilas y en sus casas, y sobre todo, cuando no tengan
que disimular porque nadie las esté vigilando, piensen y digan todo lo
contrario a sus aplausos y sus vivas enardecidos entre la muchedumnbre...
Y esa es la política, de la que no podemos librarnos.
Por eso lo mejor que podemos hacer es ignorarla. La ignorancia tiene una gran
fuerza para derrotar adversarios. Porque si no lo hacemos así, tendríamos como
única opción la sentencia que horroriza pero que muchos la tomarán en un futuro
bastante cercano: “si no puedes vencer al enemigo, únete a él”... Y entonces
este país sería el primer país gobernado por comunistas de toda Europa. ¿Qué
sucedería si eso pasa?
Augusto Lázaro
@lazarocasas38
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