1
Ultimamente la sobrecarga de anuncios publicitarios lo único
que provoca, al menos en los consumidores de pantallas que no sean idiotas, es
rechazo. No respetan las medidas vigentes sobre el tiempo que pueden destinar a
los anuncios en la TV. Cortan películas y series en el momento en que les da la
gana, y si es una película, cuando sólo faltan 5 minutos los interrumpen al
menos 2 veces para lanzarnos un bloque de anuncios. Otras veces, recién
comenzada la película, la parten en cualquier momento para ponernos un bloque
de anuncios. En los móviles pasa otro tanto. Y lo peor: el zapping que antes
podíamos hacer ya no sirve, pues las teles se ponen de acuerdo para trasmitir
los mismos anuncios en la mayoría de los canales. Es un asco. Y el televidente
se siente impotente, pues a nadie le interesa solucionar este problema. Al paso
que vamos, dentro de una década, o quizás antes, lo que veremos en la TV será
anuncios y un poquito de películas o series. Pues allá el que quiera dispararse
semejantes bodrios...
2
Sí, amigo, usted es un estafado. Cuando ud compra digamos un
ordenador (computadora) paga el precio por una pantalla que puede tener 15
pulgadas, o sea, que tiene derecho a disfrutar de esas 15 pulgadas cuando use
el equipo por el que ha pagado digamos €600.00... Pues no señor: de esas 15
pulgadas casi siempre podrá usar la mitad, porque la otra mitad estará (también
casi siempre) ocupada por anuncios publicitarios que ud no desea ni le
interesan y que estorban en las páginas web que ud haya elegido para ver.
Incluso hay anuncios impertinentes que a pesar de marcar la X que supone la
eliminación de esa publicidad, vuelve a aparecer a los pocos segundos y tiene
que puntear varias veces con el ratón esa X para al fin librarse del anuncio
indeseado e indeseable. Realmente debería exigir que cuando compre el equipo le
rebajen el 50% del precio, ya que ud no va a pagar por ver anuncios, sino por
poder usar a plenitud un equipo que para el tiempo que llevamos resulta
demasiado caro. Eso, en cualquier país decente, se llama estafa. Aquí le ponen
otro nombre, pero es el mismo perro...
3
Cuando un centro comercial vende sus productos, artículos o
equipos con un 50% de rebaja, GANA en esa venta, pues ninguna empresa vende sus
productos perdiendo dinero. Si con un 50% menos gana, imagínate cuánto ganarán
cuando ese producto se venda a su precio normal. Podría seguir mencionando las
mil y una maneras de estafarnos que tienen los mercados y hasta las
instituciones, pero eso merecería otro artículo y ya no tengo deseos de seguir
machacándome con realidades que han sido aceptadas pacíficamente por la
población como algo natural e imposible de cambiar. Así que como dice la
canción cubana: “hasta mañana, vida mía”, y resígnate a que siempre vas a ser
nada más que un estafado. Pero consuélate pensando que no eres tú solo, que
todos somos unos estafados por las triquiñuelas del llamado “marketing”. Bueno,
alguien dijo que la democracia es el menos malo de los sistemas sociales y
políticos que existen. Después de todo, en Corea del Norte viven mucho peor,
¿verdad?
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