2017 ha comenzado con La Tierra en una situación que, sin
pecar de demasiado pesimista, puede decirse peligrosa. “El mundo está
revuelto”, dicen cada día más personas. Pero quienes revuelven el mundo somos
nosotros, sus habitantes, que no hemos sabido (ni querido) cuidarlo, olvidando
que esta es nuestra casa y por tanto, las atrocidades que cometemos contra ella
siempre se vuelven contra nosotros. Ante esa situación cabe preguntarse, aunque
esto parezca diabólico: ¿es bueno el ser humano? No me atrevo a dar una
respuesta, porque no estoy capacitado para darla, pero repito una vez más que
actualmente la humanidad no me merece mucho respeto, en general...
Eso en cuanto a la Naturaleza que estamos destruyendo. Por
otra parte, la situación económica, social y política no se queda atrás en la
nominación de los peligros que nos amenazan. Las guerras (que no hay Dios que
pueda eliminarlas y que lejos de mermar aumentan), el terrorismo que también
crece indetenible por la blandenguería de los gobernantes que muestran una
tolerancia que más tarde o más temprano se volverá contra ellos mismos, los
atentados que tantas víctimas inocentes causan y que se repiten tanto que ya es
raro el día en que no aparece en los medios alguno de estos crímenes solitarios
a veces llamados “inmolación” en nombre de Alá, los asesinatos de mujeres y
otras víctimas a manos de personas que si no hablaran parecerían animales
salvajes, atropellos, palizas, violaciones, asaltos, robos con fuerza,
intimidación... y etc. Sí, ya sé que estoy pintando un panorama grotesco y
pesimista, sólo que es REAL y que nuestros informadores callan, algunos
intentando vendernos un mundo de color de rosa, a pesar de que todos los que no
somos idiotas sabemos que esto va poniéndose peor cada día, lejos de mejorar...
Y podríamos preguntarnos si el futuro del planeta y de sus
habitantes tiene probabilidades de mejora. Si sobreviviremos a una catástrofe
nuclear o si, habiendo superado la amenaza de una tercera guerra mundial (que
no hay que descartar) los islamistas se apoderarían primero de Europa la débil,
y poco a poco de todo el resto de los continentes en los que todavía no tienen
esa fuerza que en el viejo van adquiriendo día a día. La izquierda retrógrada,
o una parte de ella, se vanagloria algunas veces de las victorias del
islamismo, y pretenden que, si triunfa, podrían hacer una alianza con los
militantes de esa religión (la única que mata en nombre de su dios). No saben,
los muy tontos, que si eso sucediera, las primeras víctimas del islamismo
serían los izquierdistas ateos, porque los islamistas consideran infieles a
todos los que no creen en ningún dios, y a los infieles habría que eliminarlos
sin contemplaciones...
Ese es el futuro que nos espera... o quizás no. Todo depende
de los políticos, y ¿podemos confiar en los políticos? Es la pregunta que
debemos hacernos, a ver si encontramos una respuesta que nos dé algún rasgo de
esperanza...
Augusto Lázaro
www.facebook.com/augusto.delatorrecasas
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