A veces, al levantarte, asomarte a la ventana, conectar el
transistor y oír cómo va el mundo, te dan deseos de gritar ME DA ASCO ESTE
MUNDO, y si no lo haces es por respeto a los vecinos que casi todos todavía
duermen, y además, porque sabes que cuando reacciones te darás cuenta de que
debes refrenar tus instintos anti-mundo, que sólo te conducirán a un estado
depresivo que no puedes permitirte. Porque como dijo el cantautor cubano Pedro
Luis Ferrer:
sé que en el mundo hay dolor
pero no es dolor el mundo...
Aunque a veces el mundo, representado por algunos de sus habitantes, se empeña en molestarte con algunos detalles y acciones desagradables, precisamente a un hombre como tú que no molesta a nadie NUNCA.
La cuestión es simple: no te metes en la vida de nadie ni te
importa lo que hace cada cual con ella. No entras en ningún tipo de
chismografía, dimedirete, maledicencia, calumnia, injuria, te dedicas a lo tuyo
y lo demás al carajo. Por tanto, tu mayor placer es la soledad, te sientes
pletórico de felicidad cuando estás solo y no tienes que cruzar una palabra con
nadie, así vives muy bien y no necesitas mucho más, no aspiras a la fama ni a
la fortuna, y detestas ser reconocido cuando sales de tu espacio y tienes que
cruzarte con personas que conoces o que te conocen y por educación, que la
tienes porque tus padres te la inculcaron desde niño, las saludas y a veces
conversas unos minutos o sueltas algunas frases comunes y tontas como qué frío
y qué tal está su madre y esas cosas.
Eres así, el que quiera que te acepte así y el que no, pues
nada, que te ignore. No le pides a nadie que tenga el más mínimo contacto
contigo, la más frugal relación, el más ínfimo trato. Tu ideal sería que nadie
te dirigiera la palabra, así como suena, que te sentirías feliz y sin temor a
enfrentarte a algún problema generado por tratar a personas que se dedican a
enredar la pita con el primero que se encuentren en su camino y tú no estás por
la labor. Lo tuyo es, ya lo dijiste y lo repites: paz y tranquilidad, tus dos
tesoros, encuadrados por tu tiempo, del que eres dueño y señor absoluto y
total, y el único esfuerzo que realizas es para defender tu derecho a que nadie
te obstaculice nunca lo que haces con tu tiempo. Y punto.
Por supuesto que hay muchas personas encantadoras y tú conoces
unas cuantas, pero no hay que engañarse pensando que todo ser humano que nos
pasa por delante es lo mejor que existe. Porque no lo es. Si todo el mundo
fuera como Doña María (no escribo su apellido por discreción), o como Don
Avelino, por citar 2 vecinos que merecen no unos minutos sino muchas horas de
compañía, este mundo no fuera la mierda que es y que cada día se incrementa más
en todas partes. Porque se equivocan los que dicen que España esto, España lo
otro: amigos, la estupidez está en todas partes, lo dijo Einstein y lo refrendo
yo, que no soy más que un vecino de a pie: esa “virtud” no es privativa de este
país. Ojalá lo fuera, así tendríamos 199 países no estúpidos... ja ja ja...
pero por desgracia, hay 199 países con mayoría de estupidez, en los que la
sabiduría es cada día más un artículo de lujo...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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