La poesía sirve para muchas cosas, entre tantas, para
desahogarse cuando se tiene el agua bordeando el mentón y no hay ningún
socorrista que lance un salvavidas. Quisiera lanzar al espacio todo el
optimismo que cabe en mis entrañas, pero la realidad del mundo que me ha tocado
vivir me obliga a poner los pies sobre la tierra y plantar cara en firme a la
tendencia romántica de edulcorar la realidad que nos rodea. A veces enfrentarse
a la realidad es más saludable que engañarse a sí mismo e intentar, con ello,
engañar a quienes conocemos.
García Lorca dejó escrito que “todas las cosas tienen su
misterio... y la poesía es el misterio de todas las cosas”. Cierto: porque
adentrarse en el mundo mítico de la poesía es conocer el misterio y no intentar
descifrarlo, pues en la poesía y en el misterio radica el encanto de no saber,
de dejar a la imaginación ese a veces “triste y dulce” encanto de los versos
que nos hacen recordar, sentir, y siempre emocionar...
LA NADA ABSOLUTA
Espantado de todo me refugio en nadie.
La nada me rodea y se empeña en machacarme
perforando mi coraza de acero intangible
que no resiste el peso de lo cotidiano,
agobiante y a todas luces inobviable
a pesar de mi todavía latente deseo
de luchar contra ella, inútil lucha
perdida de antemano por la equivalencia
de su fuerza a favor y
de mi loca pretensión
de enfrentarme a lo visiblemente obvio:
he perdido, eso es todo,
así de simple y de terrible,
el haz de luz oscura anocheció mi tiempo
y yo no me di cuenta hasta hace poco
cuando ya no tenía chance
ni oportunidad de intentar un último arrebato
de evadir la derrota... y quizás después
la muerte...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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