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domingo, 24 de agosto de 2014

SUICIDARSE NO ES TAN AGRADABLE

Como diría Félix Rubén García Sarmiento  (que los socotrocos que ya casi son mayoría no saben que era el verdadero nombre de Rubén Darío, que los socotrocos tampoco saben quién fue ni falta que ellos creen que les hace) si viviera ahora mismo y aquí mismo: ¿quién que es no es un obstinado? Pues eso, que acabo de exclamar como El Tato la famosa expresión que injustamente no se le atribuye: ¡EUREKA! Porque me he dado cuenta al fin de que ¡yo soy un obstinado! Esa es mi definición más certera: cubre de un tirón mi personalidad al completo. Palabra mágica, expresión sintética de mi personalidad, denominación genial de mi idiosioncrasia, si hasta debería llamarme así: Obstinado, sin apellido, como los griegos antiguos, el nombre es suficiente, no hace falta adorno ni floreo: yo, obstinado de todo y de todos, sí señor. Y a mucha honra.
Con la que está cayendo, escaparse de la obstinación es punto menos que imposible: dondequiera que vayas te encuentras la estupidez campeando, en los autobuses te cae un gordo barrigón al lado que te apachurra sin compasión o en el Metro se aparece uno de esos genios musicales a amargarte el día berreando lo que ellos creen que es una canción, siempre la misma, en cualquier calle puedes enredarte con una manifestación multitudinaria que te envuelve sin que tú desees incorporarte a los que gritan hasta aturdirte, además de con sus voces con pitos y matracas, los mamarrachos desfilando con pelos tricolores, pantalones ripiados, porros a la luz pública, pedacitos de metal en los labios y en las lenguas, tatuajes en casi todo el cuerpo, olor a perro muerto, ¡ay!, y en los trenes de cercanías los gamberros con sus patas encima de los asientos, el fútbol a plena voz, hablando como si los interlocutores fueran sordos, y... y para qué seguir con las calamidades generadoras de la obstinación. Me quedo en casa y se acabó.
Ja ja ja... eso creía Cándido, el gran optimista, pero cuando encendió el radiorreceptor ¿qué es lo que oyó? 2 cosas: anuncios y noticias sobre un solo tema: la política, y cuando conectó el televisor, ¿qué es lo que vio? Otras 2 cosas: anuncios coloreados y caras y gestos de políticos diciendo lo mismo que dicen desde hace dos mil años, y ¡ah, Catana!, cuando abrió el periódico recién comprado, ¿qué vio y leyó? Otras 2 cosas: noticias políticas y anuncios a granel... ¿No es como para tirarse de la azotea de un cuarto piso?
Lo malo de tirarse de la azotea no es que te mueras de una vez y para siempre, no señor, eso sería un logro, porque resolverías todos tus problemas y descansarías eternamente sin tener que soportar tanta estupidez y tantas otras cosas que te obstinan implacablemente. No. Lo malo sería que cayeras como un sapo reventado y siguieras con vida, pero no como estabas antes de tirarte, sino jorobado, lisiado, con una mueca permenente en la boca, un ojo casi fuera, un brazo inmóvil, una pierna descompuesta, la nariz torcida, la cabeza cuarteada, y... mejor no sigo. Por eso no me he tirado desde mi ventana, porque con todo lo jodido que está este mundo en que por desgracia me ha tocado vivir, me miro en el espejo y como no me falta nada ni tengo ninguna huella de suicidio frustrado, me digo: bueno, vamos a dejarlo ahí y olvídate del suicidio, que con eso no vas a lograr mucho y puedes desgraciarte la vida más aún de lo que ya crees (a veces) que la tienes. Cuestión, a seguir obstinándome y además, rajando de la obstinación como si con eso pudiera quitármela de encima. Ah, y sobre todo, a reírme de la vida y del mundo, que si voy a seguir viviendo lo mejor que hago es reírme: la risa es como un bálsamo, una medicina, un helado de chocolate, un granizado de limón, créeme, si hasta puede que, riéndote, te olvides de que estás obstinado...

Augusto Lázaro

@augustodelatorr

http://elcuiclo.blogspot.com.es 

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