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David Antón, joven menor de 18 años, ha obtenido el título
de Gran Maestro de la FIDE (Ajedrez). Confieso que no conocía ningún Gran
Maestro de Ajedrez español y me ha sorprendido esta aparición en un país en el
que el fútbol, la telebasura, los políticos y sus triquiñuelas, y alguna que
otra bobería, logra la atención del llamado “gran público”. Lástima que la
danza, la ópera, los museos, y otras manifestaciones del arte y la cultura, no
llamen la atención de ese “gran público”, sobre todo de su parte más joven que
entretiene su dolce far niente dejando que el tiempo le pase por delante
sin que se de cuenta de que le está pasando, y muy rápido, por cierto. Me
alegro de contar con este joven talento ajedrecístico al que espero seguir en
su prometedor futuro, que ojalá no se vea tronchado por la incomprensión y la
estupidez de quienes detentan un poder que parece no saber que existe el arte,
la cultura y también el juego ciencia...
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A todas estas, España sigue con vida, pese a tantos que
hacen todo lo posible (y hasta lo imposible) por convertir este país en una de
esas naciones a las que irrespetuosamente muchos llaman bananeras como
si el cultivo de tan rica fruta pudiera deshonrar a quienes se dedican a tan
noble tarea. Sigue con vida, aunque aquejada por una enfermedad que no parece
remitir a pesar del esfuerzo tan noble de millones de sus hijos que no quieren
verla en tan vergonzoso lugar entre las naciones más desarrolladas del planeta,
y cuya medicina curativa pasa por la eliminación (no física, no se asusten, que
todavía no me ha dado por mostrar mis instintos criminales) de casi todos los
políticos que padecemos y que se empeñan en continuar ocupando
responsabilidades para las que no están ni medianamente preparados, además de
que han convertido el arte de la política en el gran negocio que da prebendas y
sobre todo euros. Euros, lo que más parece interesarle a esos que mandan, o se
creen que mandan, cuando en realidad aquí nadie sabe quién es el que realmente
manda...
3
Pero no por machacar a quienes nos gobiernan (mal) y a
quienes pretenden gobernarnos (quizás peor) vamos a olvidarnos de todo lo bueno
que tiene este bellísimo país, no sólo en paisajes, ciudades, cultura y demás,
sino en su propia gente, siempre amable, cariñosa, agradable, simpática, y
predispuesta a hacerle un favor a cualquiera que lo solicite, sonriéndose en
franca amistad, lo mismo con el propio que con el ajeno. Una cosa no empaña la
otra. Pero lástima que estemos como estamos por culpa de quienes han tenido la
oportunidad de conducir a este pueblo por caminos sin piedras y sólo se han
ocupado de enriquecerse, aplastando hasta el más recóndito respeto por el
pueblo que inocentemente acude a las urnas en cada nueva convocatoria. Como
(creo que) lamentablemente volverá a acudir tan pronto anuncien nuevas
elecciones para que sean elegidos los mismos sinvergüenzas de siempre, cuyo
único cambio es que ahora sus caras son más duras que antes. Tanto, que en
ellas pudiera encenderse una cerilla...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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