1
Hay crisis. Hasta los idiotas lo saben.
Pero en la calle casi todas las personas que veo tienen un móvil (celular)
súper moderno con el cual ejercitan los dedos de una de sus manos, a veces de
las dos. Y hay que tener en cuenta que no siempre cuando miro a una persona
ésta tiene el móvil en sus manos, casi nunca en sus orejas. Ahora lo que se usa
es pasar páginas con uno o más dedos, porque eso es otra cosa: todos tienen
Internet en sus móviles y lo usan, como si sus baterías fueran inagotables. El
caso es simple: muchas personas prefieren sacrificar otras cosas quizás más
importantes antes que renunciar al móvil y al Internet manual, digital y portátil.
Pues eso, que nos estamos volviendo una civilización portátil y electrónica. Lo
demás... bueno, lo demás es prescindible. ¿O no?
2
La moderna moda: ahora se usa dejarse la
barba de 3 días para salir en las revistas tontas anunciando alguna prenda de
vestir de las “fisnas” o una nueva colonia “desquiciadora”. Salen los jóvenes
hasta con traje, pero sin rasurarse, y así sus promotores creen que “están
guapísimos”. Se ve que no ven los actos importantes que se realizan en todo el
mundo civilizado... /// Otra moda estupenda es la de las chicas con el pelo
multicolor o una parte al rape y la otra a mechones, y con vaqueros ripiados
que dejan ver hendijas de carne aunque esté la tempe a –3º y el cielo oscuro a
las 3 de la tarde. También ellas se creen que están muy chics y quizás muy
elegantes. Ah, pero eso sí: de que están a la moda, lo están... /// ¿Y qué me
dicen de la movilmanía? No me lo van a creer, pero esta mañana me subí a un
autobús con unas 20 personas dentro, entre ellas unas 8 mayorcitas de la 3ª edad,
y... asombro normal: conté a... ¡lo juro, recontra!.. 14 personas con el
aparatico en las manos. ¡14 de 20!, incuyéndome yo que en los momentos del
conteo estaba hablando con alguien (no tengo Internet en mi móvil, aclaro).
Vaya, cosas de la moda. Porque todo esto no es más que eso: una moda, que ya
pasará, como tantas otras que también han hecho su poquito de furor y ya nadie
las recuerda...
3
Una de las asistentes (¿o asistentas?) del edificio que
tengo el placer de habitar, come para vivir, pero vive para... manipular el
móvil. Sí señor: de las 24 horas del día creo que pasa más de 12 con el movil
en las manos. ¡Ah! Pero no es un móvil cualquiera, no. Fíjense en esto: con ese
aparatico ella puede hablar con cualquiera, enviar y recibir mensajes, leer la
prensa y las demás publicaciones (hombre, claro que tiene Internet, hasta El
Tato lo tiene), llevar una agenda con todas sus actividades, enterarse de los
actos culturales, sociales, deportivos y políticos que se celebran en la ciudad
y en el país, ver la televisión, oír música en FM y todas las emisoras
nacionales y algunas extranjeras, conversar con sus amigas en cualquier momento
vía whatsapp, tener vídeo-conferencias al instante, traducir a o de 9 idiomas
cualquier texto, conectarse con las redes sociales Facebook y Twitter, recibir
y enviar fotos, vídeos musicales, películas en 3D y textos literarios, comprar
en cualquier supermercado, reservar pasajes por avión u otro medio de
transporte, encargar comidas a domicilio, enterarse de la vida y milagros de
los famosetes de turno, poner despertador con alarmas de varios tipos, tener...
pero basta, porque todavía tiene tantas prestaciones ese dichoso móvil que
tendría que extenderme demasiado en esta entrada y ustedes abandonarían su
lectura por aburrimiento. ¿Qué les parece? El móvil: ¿será el invento del
siglo? ¿Podría alguien dentro de poco tiempo prescindir de sus servicios? ¿Nos
volveremos idiotas con el aparatico acompañándonos hasta cuando vayamos a
cierto lugar a hacer las cosas que nadie puede hacer por nosotros? ¡He ahí la
cuestión! Pero mientras, ¡que vivan los móviles!, que ya yo mismo no concibo la
vida sin ellos, carajo...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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