1
Imagínate que una mañana te despiertas y
recuerdas que has soñado que todo lo que te rodea es falso, que has vivido en
una mentira, que no puedes confiar en nadie, que... y te restregas los ojos, te
incorporas, te levantas, vas al baño, te echas agua en la cara, y de pronto te
das cuenta de que no ha sido un sueño, que todo eso lo piensas porque por
alguna casualidad circunstancial te has dado cuenta hoy, ahora, de que todo lo
que te rodea es falso, que has vivido en una mentira, que no puedes confiar en
nadie, que... entonces te preguntas: ¿qué hacer? Regresas al dormitorio, te
sientas en la cama, y piensas, analizas, meditas durante unos minutos, pero es
inútil: aunque te repites la pregunta ¿qué hacer? muchas veces, no encuentras
la respuesta...
2
Una vecina que vivía detrás de nuestra casa, que siempre
venía a hablar con mi mamá y contarle infinidad de cosas extrañas que veía,
oía, o le sucedían, llegó una noche sudando, muy nerviosa, en un vivo temblor,
y le dijo a mi mamá que había visto en el patio de su casa a una mujer vestida
de blanco con un candelabro en sus manos y unos ojos llenos de fuego, que se
acercaba a ella amenazante... Yo era apenas un niño que comenzaba a conocer el
mundo y me metí en mi cuarto, erizado, oyendo de lejos la conversación. Mis
padres no eran adictos a esas creencias, pero respetaban y siempre atendían a
quienes acudían a la casa a visitarnos. Cuando crecí unos años, como curioso
que era (y que soy), le pregunté a nuestro médico de familia al respecto. Su
respuesta me ayudó a conocer algo más este mundo:
--¡Ah! Tu vecina vio a esa mujer de verdad,
pero claro que esa mujer no existe. Ella la vio por el poder de su imaginación
que la hizo verla, en su excitación nerviosa, y como es supersticiosa, fue
capaz de verla, como sería capaz de ver a un elefante volando. Pero no temas,
no hay ninguna mujer vestida de blanco ni ningún elefante volando, a no ser en
los muñequitos o en las películas de Walt Disney. Sólo fue una alucinación...
3
Quizás tú seas una de esas personas que creen en cualquier cosa, aunque
esa cualquier cosa sea sobrenatural. Y quizás seas de las que cuando cae en tus
manos alguna revista o un diario que publica los famosos y tan económicamente
productivos HOROSCOPOS los devores con ansias, esperando encontrar en sus
predicciones algo positivo que anime un poco tu estado tan necesitado de leer
(y oír) cosas edificantes. Pues bien: adquiere o compra 10 revistas y 10
periódicos que publiquen horóscopos: léelos todos, uno por uno, con cuidado, y
comprobarás que en esos 20 mensajes no hay dos iguales. O sea, que cada quien
que escribe los horóscopos publica lo que le da su real gana, por el dinero que
le paga ese medio informativo y no porque “adivine” tu pasado, tu presente o tu
futuro. ¡Ah!, pero en esos horóscopos jamás encontrarás algo que diga: usted etá en fase terminal y
sólo le quedan 5 semanas de vida...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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