En la novela No sólo de pan vive el
hombre hay
sentencias que por crudas y reales tenemos que aceptar. Una de ellas es: el hombre nace para vivir,
no para prepararse para vivir, en ese caso referida al control de un régimen
totalitario que quiere imponer a los ciudadanos cómo tienen que pensar, sentir,
hablar, actuar y sobre todo, cómo tienen que "prepararse para vivir",
y lo peor es que en algunos casos una persona pasa casi toda su vida
"preparándose" para vivir, dejando por tanto de vivir.
Si prestamos atención a prospectos, folletos,
separatas, periódicos, cuadernos, libros, y sobre todo anuncios publicitarios
que nos sugieren, recomiendan, indican, incluso nos "hacen" pensar lo
que debemos hacer, la vida moderna resulta una manipulación constante de la
mentalidad de cada persona que se convierte en un posible usuario, consumidor o
cliente. Un prospecto de cualquier medicina que tomemos, por ejemplo, nos dice
que antes de
tomar el
comprimido X... no
tome el
comprimido X si... tenga especial cuidado con el comprimido X si... y nos da una larga relación
de situaciones que si las tenemos o las hemos tenido no debemos tomar el
dichoso comprimido X... y más adelante en el mismo prospecto nos señala cómo
tomar la medicina, los posibles efectos adversos, los trastornos que pueden
ocurrir si la tomamos, etc. Si seguimos todas esas advertencias... no tomamos
ninguna medicina recetada.Hojeando una de esas revistas que nos ayudan a conservar o mejorar nuestra salud, recomendándonos productos, medicinas, ejercicios, costumbres, métodos, régimen de vida, se resume lo expuesto: es una aventura que pasa por todo nuestro cuerpo como una película en imágenes sin ningún montaje: cuidado del pelo (haga esto y use esto), cuidado de los ojos (haga esto y compre esto), la piel del rostro (haga esto y aplíquese tal crema), la garganta, si tiene tos seca, si no respira bien, si nota que está oyendo menos, los dolores de estómago, la espalda que hay que cuidar, los insomnios, vahídos, desarreglos digestivos, la dentadura, los pies con cachaza... etc. etc. etc., y todo para que dediquemos las 24 horas del día a atender cada parte de nuestro cuerpo, por supuesto adquiriendo y usando los productos que para resolver esos problemas han creado las grandes empresas que tanto nos quieren y tanto desean que vivamos una vida plena sin ningún tipo de problemas de salud.
Si en realidad nos dedicáramos a atender tantas recomendaciones, estaríamos ante dos problemas más serios que todos los prospectos que nos caen encima: 1) gastar dinero comprando los artículos y productos que se anuncian para calmar o eliminar nuestros problemas de salud, y 2) dedicar todo el tiempo a esa actividad, no pudiendo desarrollar otro tipo de vida que no sea vivir para el cuerpo, para poder después (¿después de qué?) vivir a plenitud. Nada, dedicarnos a prepararnos para vivir... dejando de vivir.
Y en cuanto a las cosas que solemos comer...
mejor no digo nada, pues si nos atenemos a tantas advertencias sobre los
alimentos, ni el agua del grifo consumiríamos, porque hasta en ella hay
microbios y bacterias dañinas que nos van a hacer la vida más complicada aún de
lo que ya la tenemos.
O sea, que hay que vivir primero, porque para
eso nacimos, y después, quizás dedicar un poquito de nuestro precioso tiempo a
"cuidarnos" oyendo los consejos de tantos que intentan cuidarnos
demasiado, impidiéndonos disfrutar de estos dos días que dicen los realistas
que es la vida...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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