Dijo mi ex una tarde de mucho calor y alta
humedad en nuestro apartamento de Santiago de Cuba, tras oír la ópera PARSIFAL:
"después de oír a Wagner, hasta La Traviatta parece obra de
aficionados". Quizás exageró. Solíamos escuchar una música que ella misma
calificaba de triste, aunque yo en realidad ese tipo de música era el que más
disfrutaba, quizás por mi temperamento, o tal vez porque mis piezas favoritas
eran esas que podían calificarse como "música triste".
Mi amigo Rodolfo de la Fuente me dio su opinión: "yo
creo que esa música te gusta porque te acompaña en tus momentos de recuerdos y
nostalgias, por estar separado de tus seres más queridos". Porque las 5
personas que más quiero están lejos de mí, como ya señalé en mi anterior
entrada en este blog. Pero pienso que es cuestión de gustos y de temperamento,
aunque contradictoriamente soy una persona alegre con un alto sentido del
humor.
La música que siempre oigo o que me gusta oír
tiene dos vertientes: 1) porque la oí en un buen momento que pasaba y en un
lugar muy agradable con una compañía muy agradable, como es el caso de la
balada Still
loving you
del grupo Scorpions, y 2) porque en mis momentos de nostalgia me traslada a
tiempos que ahora me hacen sentir una sensación agridulce, un toque de añoranza
de algo que sé que no volverá a repetirse, como es el caso de la Pavana para una infanta
difunta de
Maurice Ravel, que no dejo de oír y disfrutar.
Ambas sensaciones no están en contraposición.
Gore Vidal dice en su novela El juicio de París cosas como ésta: “pasé ante
restaurantes y trattorie abiertos, muy iluminados y llenos del ruido de la
gente que comía y reía y cantaba canciones tristes”. Y eso me sucede, que a
veces siento deseos de oír algo tan realmente trágico como la “patética” de
Tchaikovski, de cuyo 4ºmovimiento (adagio lamentoso) alguien dijo: “nunca antes
se había dicho de forma tan certera: todo ha terminado”. Y es que la “música triste”, además de ser
una música que parece escrita con el corazón encendido, con las mismas
entrañas, resulta casi siempre bella, atractiva y “pegajosa”. Porque es un
sonido que lleva a la nostalgia, y ¿quién que es no es a veces nostálgico?
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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