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Existe una especie de humanos que hace siglos ha ido
creciendo en número. O será que hace siglos no se conocían. No lo sé. El caso
es que esa especie que ahora yo veo que crece indeteniblemente es muy
interesante: está formada por personas que creen saber de todo, que lo saben
todo, y lo peor (además de no aceptar jamás que se han equivocado) es que se
creen con el deber de “enseñarnos” cómo tenemos que vivir, lo que tenemos que
hacer, y si nos pasa algo, recomendarnos cómo solucionar el asunto, incluso en
temas de salud y medicinas, como si fueran verdaderos científicos a los que hay
que oír y cuyos consejos hay que seguir. Si no... “no eres más que un
ignorante”, piensan. Algunos lo dicen. A una de esas personas yo la llamo mamá,
porque siempre me está “orientando” lo que TENGO que hacer y cómo debo vivir
para superar mis limitaciones y vivir mejor... Mi mamá dejó de hacerlo cuando
yo tenía alrededor de unos 9 años...
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Hablaba Hermann Tertsch en su cuenta de Twitter que buscaba
a algún mortal que le diera el truco para poder hablar por teléfono con un ser
humano y no con máquinas (se refería a una cuenta que al parecer tiene
contratada con Telefónica Movistar). ¡Ja! No sabe (o lo parece) que el truco lo
tienen esas operadoras de telefonlia móvil, que una vez que estás contratado no
te dejan salir de ellas ni con la guardia civil. O sea, que estás a sus
órdenes: te has convertido en un esclavo de esa empresa y si intentas darte de
baja, lo primero que debes hacer es comprarte unos buenos ansiolíticos, pues
conozco el caso de un amigo que se volvió loco (está ingresado en un
psiquiátrico, permanente) intentando darse de baja en esa misma empresa, hace
ya algunos años. No lo logró,
y al final, tras visitas a médicos y especialistas, y
compras de pastillas caras y demás, no pudo con sus nervios y fue a parar al
hospital de donde lo remitieron al psiquiátrico señalado. Y todo esto sucede en
España sin que ninguna institución haga algo por impedirlo. Somos esclavos de
las operadoras de telefonía móvil: no podemos darnos de baja. Si ud no lo cree
y tiene un contrato, inténtelo y ya me dirá...
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“Estamos rodeados”, era una frase que se repetía en la Cuba
del período especial (que nunca ha sido superado del todo a pesar del petróleo
venezolano) en tono de guasa, entre amigos, cuando hablaban de algo que no
funcionaba bien (que era casi todo) y encontraban trabas para realizar su
trabajo o salir bien en sus estudios. Algo que no acababan de comprender, a
pesar de vivir en aquella realidad virtual que únicamente podían aceptar
quienes tenían que vivir bajo aquel absurdo que ni siquiera en el teatro de
Beckett podían encontrar. Esto viene a cuento porque la burocracia no es
privativa de Cuba: existe creo que en todo el mundo, aunque la cubana sea un
caso aparte. Pero en España yo he vivido situaciones tan absurdas que a veces
yo mismo, delante de algunos amigos o hasta solo en mi espacio, sonriéndome al
recordar aquellos tiempos, repito las mismas palabras: “estamos rodeados”,
porque la realidad de la burocracia española es tan parecida a la cubana que a
veces mis recuerdos confunden la regionalidad de las situaciones que provocan
esas palabras tan graciosas y a la vez tan terribles...
Augusto Lázaro
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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