Cada día me convenzo más de que la creación de la Unión
Europea fue un error que en definitivas ha causado más perjuicios que
beneficios a los 28 países miembros (27 ahora que el Reino Unido se ha largado
de este berenjenal). Lo peor de esta UE es que cada país ha perdido su
soberanía, y eso siempre será una cuestión de honor para quienes todavía
tontamente sientan ese sentimiento que está en decadencia. O sea, que ahora
nosotros no nos gobernamos: nos gobiernan desde Bruselas, donde radica la
Jefatura General de la UE, que es la que decide cómo tenemos que vivir, nos
guste o no. Un ejemplo reciente: los llamados “recortes” (tan discutibles como
inútiles, pues no resolvieron nada y sometieron a la población española a su
peor crisis económica y social desde la muerte de Franco). Y en fin, ¿para qué
seguir, si de todos modos el daño está hecho y por lo que parece seguiremos
padeciéndolo, porque en ningún país de esos 27 se perciben amagos de rebelión,
más bien al contrario, sus pueblos se han acostumbrado a obedecer las órdenes
de Bruselas sin chistar. ¡Hay que joderse!, como diría el ayudante de Nicholas
Cage en aquella película que... ¿se acuerdan?
Algo parecido sucede con el llamado multipartidismo en
España: tanta lucha y tanto esfuerzo por eliminar el bipartidismo, hasta que lo
lograron: ahora tenemos, en lugar de dos, cuatro partidos aspirantes al puesto
de mando del país ibérico. ¿Y qué hemos logrado con eso? Pues ya ven el otro
berenjenal que se ha formado, que pasan los meses, surgen y aumentan los líos y
las divisiones, y hasta crece el odio, que es lo peor, entre esos cuatro nuevos
partidos, y no hemos podido formar un gobierno, y no se sabe hasta cuándo. Se
acabó el bipartidismo. Pues si eso es lo que querían, ahí lo tienen: ahora a
aguantar como mulos los rollos y los entuertos que se formarán en cada ocasión
en que haya elecciones con más de los dos partidos tradicionales: todos
desaforados por alcanzar el poder, cosa que no hubiera sucedido si hubiéramos
continuado con el ritmo normal del bipartidismo que nunca ocasionó tantos
problemas, que hasta el propio rey ha tenido que cambiar su agenda y no asistir
a los juegos olímpicos por culpa de este nuevo, renovador, progresista, moderno
MULTIPARTIDISMO. Pues como dirían en Cuba: “palante el carro”, o mejor “a
bailar y a gozar con la sinfónica nacional”...
Y mientras, ¿quién es el más perjudicado? Hombre, pregunta
tonta a esta hora: ¿quién va a ser sino el pueblo? Porque los políticos
discuten y disparan discursos llenos de mentiras y de tonterías que cada vez
menos personas se los creen, pero sus sueldos no se alteran, más bien al
contrario, porque hay algunos cuyas caras son de mármol, que hasta han tenido
la desfachatez consentida de aumentarse el sueldo. Pero eso es tan normal como
la corrupción, que no se acaba de eliminar, pues cada día surgen nuevos casos
en todos los partidos, grandes y pequeños. Pero nosotros, los que no tenemos
coche en que movernos, corremos el riesgo de perder nuestras pensiones o al
menos verlas rebajadas, y bajar nuestro nivel de vida, porque unos mequetrefes
que podrían estar recogiendo manzanas en lugar de reuniéndose para decir no, o
para decir sí, pero... mantienen sus vidas pletóricas de prebendas, privilegios
y muchos hasta lujos, y que se hunda el barco. Como diría aquel congresista en
uno de sus grandes momentos: ¡manda huevos! Y a esperar, a ver hasta cuándo
tenemos un país sin gobierno... aunque pensándolo bien, ¿de qué nos servirá
cualquier gobierno que se forme? ¡Hum! Pues para mí de lo mismo de lo que nos
sirve la susodicha Unión Europea. O sea, ¡de nada! Con todo mi respeto para las
excepciones, que son cada día menos...
Augusto Lázaro
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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