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Pues heme aquí, elucubrando, a ver cómo puedo asaltar un
banco sin ningún riesgo de que me atrapen, y hacerme con una suma digna de que
me respeten hasta en el barrio de La Bibijagua. Asaltarlo no es difícil,
incluso ya tenía escogida la agencia propicia: sólo tiene 8 empleados y ningún
policía ni vigilante ni perro guardián. Pero precisamente por ser tan pequeña
no debe tener mucho dinero en caja ni en los automáticos, y esa es la falla.
Además, tengo que averiguar sin equivocarme qué día y a qué hora es que se
acumula más dinero, pues si voy cuando han sacado el grueso y sólo puedo
llevarme unos tres mil euritos, no vale el esfuerzo ni el riesgo. Cuestión, que
tras analizarlo con calma chicha, he decidido buscar otra agencia algo mayor, y
ahí está la dificultad: he entrado en algunas, pero tienen muchos empleados y
vigilantes, y si soy yo solo, pues a ver cómo podría. Tendría que buscarme 2
cúmbilas y entrar, como en las películas de USA, con las cabezas cubiertas y
dando gritos estentóreos: ESTO ES UN ASALTO, AL SUELO TODO EL MUNDO, Y TU, ¿QUÉ
COÑO ESTAS MIRANDO? y etc. Nada, está chupado. Sólo que encontrar esos 2
cúmbilas no es tarea fácil: 1) que tienen que ser de total confianza, 2) que la
mayoría de los de total confianza son miedosos, 3) que si no son expertos, algo
puede fallar y entonces sí que la mula tumbó a Genaro. En fin, que seguiré
meditando, aunque no dejaré mi plan de enriquecerme con lo que saque del banco
que asalte, yo solo o los 3 mosqueteros, pero eso sí: por menos de 10
milloncitos nada de nada. ¿Arriesgarme por una minucia que no me duraría ni un
par de semanas? De eso nada, monina. Ya veré. Algo me saldrá. Pero ya está
bueno de ser pobre, coño, que la pobreza no sólo es mala y dura, sino lo peor:
que es muy aburrida.
2
Hay otra vía para hacerme rico: meterme en política. Pero
eso tampoco es tan fácil: ¿cómo convenzo a la gente de que me apoye para formar
un nuevo partido (uno más ¿qué importa?) y comenzar a dar discursos prometiendo
todo lo que los incautos quieren oír (no se cansan de oír lo mismo desde hace
cuatrocientos siglos) y agitando a las masas como buen populisto y mejor
fanfarrón (shhh, esto es entre usted y yo, oiga), mencionando siempre a los
pobres y desamparados que conmigo serían elevados a la categoría de ciudadanos
con todos sus derechos, bla bla bla, etc. Aunque mejor sería ingresar en uno de
esos grandes partidos y ya dentro buscar la manera de subir con intrigas,
chanchullos, chantajes, cizañas, esas cosas tan comunes en los partidos, y poco
a poco irme ganando un sitio en la pequeña nomenclatura de los que mandan más,
o sea, los mandamases, y de ahí a la conquista del trono... bueno, me faltaría
muy poco y con mi inteligencia no digo yo.
3
Futbolista no puedo ser, por mi edad. Famoso idiota de la TV
tampoco, por lo mismo y además porque todavía no me he idiotizado lo suficiente
para ganarme un puesto en alguno de esos tantos platós. Gran empresario
tampoco, pues no cuento con un capital iniciante para formar algo que dé
digamos como Telefónica o algo así. ¡Carajo la vela! No lo tengo tan fácil.
Creo que por despeje me está quedando sólo el banco. Total, que suponiendo que
me cojan no me van a hacer nada, enseguida saco el DNI y miren, no pueden
encarcelarme, si acaso una condenita de consolación como la reclusión
domiciliaria, y como no tengo otro domicilio que éste donde vivo que no es un
domicilio realmente, pues... en fin. Pues eso, al asalto. A reproducir en vivo
y en directo una de esas fascinantes escenas de las pelis de USA, donde casi
siempre los asaltantes son vencidos, pero eso en películas, porque aquí en la
realidad, es al revés: los asaltantes, lo mismo a un banco que al poder, casi
siempre (por no decir siempre) son quienes se llevan el gato al agua, como dice
Antonio Jiménez en su aburrido programa...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es
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