Según don Jesús Palomino, lo más difícil de la crisis es
descubrir que en realidad no existe, que ha sido creada por la mente malévola
de los políticos para hacer el paripé y al cabo de poco tiempo llenarse de
gloria por haber logrado salir de ella (de la crisis). Uno en el bar gritó:
¡PALOMINO PRESIDENTE!... pero nadie dijo ¡VIVA!...
La política es el gran negocio: casi no tienes que trabajar,
vacaciones de 3 meses al año, sueldazos superados sólo por futbolistas y
grandes empresarios como Amancio Ortega (que son pocos), sobresueldos legales
(no morales) y muchas otras dádivas por cualquier cosa, añadidos a quienes no
son de Madrid aunque vivan en Madrid, dietas para viajes y taxis (además de los
coches), equipos ultramodernos para el trabajo y la casa, autos para lo mismo,
etc. John Kerry no quiso creerlo cuando se lo informaron:
--Señor Secretario de Estado, hay un país cuyo gobierno
tiene más funcionarios, asesores y coches que nosotros.
--¿Qué país es ése?
--España, señor.
--¿España? ¿Usted me está tomando el pelo?
Un gran negocio, sí señor: ¿o usted cree que los que se
vuelven locos por entrar en la política y convertirse en líderes políticos lo
hacen por amor a la patria y al pueblo? Vamos, hombre (o mujer), que el tiempo
de los bobos se acabó, dice una canción cubana de los 50. Es cierto que a veces
se buscan problemas, que pierden su intimidad, que los medios los hacen
papilla, y todo lo demás, pero... ¿no vale la pena el altísimo nivel de vida
que tienen cuando están en la mamandurria? Óigame, con lo que se embolsilla un
político cada mes (y no de los más altos) yo podría vivir cómodamente durante
todo un año. ¿Que exagero? Se ve que usted no está enterado de la pasta que
manejan esos especímenes de los que mi tío Pancho Casas decía que siempre hay que
desconfiar.
--Mira, querido sobrino, de los políticos no esperes nada,
porque... to’s son peores (y cerraba el periódico, lanzándolo al cesto con
tamaña puntería: nunca caía en el suelo).
Mi tío Pancho estaba claro desde esos lejanos años. A mí me
costó estarlo varias décadas, porque yo también me dejé impresionar por esos
bípedos que siempre triunfan porque mienten: si dijeran la verdad nadie los
votaría, claro. Por desgracia no tengo ningún amigo político. Si lo tuviera mi
situación sería distinta y diferente y hasta desigual, como dicen ahora esos
fabricantes de camisas estereotipadas carísimas que les endosan a los incautos
que las lucen creyendo que nadie más las tiene. Pero eso es otra historieta que
no encaja aquí.
Cuestión, que si usted es un político no se entera de la
crisis y a vivir la vida como Carmelina, qué carajo. El que puede, puede, y
como dice el refrán revolucionario: “al que Dios se la dio... San Pedro
se la bendiga”. Y a votar, que da lo mismo Juan que Juana: cualquiera que
votemos nos va a joder la vida...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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