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En el Pinar del Río de los 50 se oía una canción por Daniel
Santos (el inquieto anacobero) que terminaba así:
Cuatro puertas hay abiertas / al que no tiene dinero: / el
hospital y la cárcel, / la iglesia y el cementerio...
Me imagino al popular intérprete en esta sociedad en la cual
sin dinero tienes tantas posibilidades como El Tato de ir a Marte, aunque...
hay soluciones para todo: aquí si no
tienes dinero lo que tienes que hacer es... robarlo. Sí, has leído bien:
robarlo. Eso sí, no unos míseros euros que te llevarán al espacio cerrado donde
no se ve el sol, sino millones, muchos millones, un montón de millones de
euros, que con esa cantidad podrás dormir tranquilo, pues lo que es la cárcel
no la verás ni en la televisión en alguna noticia referente. Porque alguien
cuyo nombre me guardo, sentenció ante las cámaras: “la ley es igual para
todos”. Nada, bromista que es el hombre...
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Decía un estudioso de la obra de don Macareno de la Palma
Real que a él la crisis le importaba un huevo.
--¿Y eso? –le pregunté, curioso.
--Pues nada, compa, que aquí si quieres pasarla bomba, hazte
delincuente, pero no de poca monta, no: delincuente clase A, de esos que firman
en grandes empresas por encargos de obras que no se realizan y esas cosas...
--Pero un momento, y tú, ¿cómo vas a lograr eso? Si tú
apenas sabes quién es el autor del Quijote.
--Bueno, no tan calvo, eh. Cervantes, es Cervantes, claro.
Pero al grano: lo voy a lograr porque mi tío, no sé si sabrás, es diputado del
Parlamento, y con su ayuda, ya sabes... a vivir, que son dos días... pero dos
días en la gloria de la fortuna (y se reía con ganas)...
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¿Usted no tiene dinero? Porque no quiere. ¿Quiere forrarse
pronto sin disparar un chícharo? Pues cierre el pico y abra las guatacas, en
este caso los ojos, y lea:
Haga que lo apadrine un político, hágase amigo de un juez,
mézclese con presentadores de la telebasura, si es joven y está fuerte métase
en la cabeza convertirse en futbolista, si es estudiante opte por la carrera de
odontología, comience a robar cosas pequeñas que no sobrepasen los 300 euros,
para ir practicando, cuélese en el Metro y en la RENFE, hasta que consiga un
coche, consuma en cafeterías y restaurantes y al final váyase sin pagar
alegando que lo carterearon, póngase en contacto con los grandes empresarios
que están imputados y si entran en la cárcel a los dos días están libres,
emprenda un negocio con alguien que ponga la pasta, haciéndole un cuento que se
tragará sin dudas, y al final, si después de estas escaramuzas todavía sigue
siendo pobre, a usted sólo le queda un camino: ¡la política! Hay partidos para
escoger, no se preocupe, vaya al que más le guste, en todos podrá realizar su
sueño en poco tiempo. Eso sí, nunca anuncie sus planes ni sus ideas a nadie. Ni
siquiera a su pareja...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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