1
No sé por qué existe tanto odio en el mundo: si todas las
personas que odian dedicaran su tiempo a amar, el mundo sería mucho más
placentero y saludable. A veces salgo a la calle y observo a las personas que
caminan, cada una inmersa en sus problemas y en sus preocupaciones, las miro
detenidamente y no encuentro en ellas ningún sentimiento de culpabilidad:
entonces me pregunto: ¿y dónde está el odio? ¿Quiénes son esos seres que
manchan la tierra y provocan sufrimientos en sus semejantes? ¿Dónde están y qué
hacen aquellos capaces de generar guerras y calamidades en todo el mundo? ¿Por
qué existen, si el amor siempre nos dará más razón de vivir que tanto odio
estúpido?
2
La maldad está enseñoreándose en los cinco continentes. Veo
con asombro y hasta con rabia que países que consideramos democráticos y
respetuosos de los derechos humanos se congracian y coquetean con regímenes
dictatoriales que se burlan de esos derechos y mantienen a sus pueblos bajo una
opresión que en algunos casos como el de Cuba ha rebasado el medio siglo de
existencia. Organizaciones como la ONU y la CELAC, unidas a la mano
consentidora de Obama y de la Unión Europea, han incrementado sus relaciones
con esos países, incluso con países donde las mujeres son lapidadas vivas o
asesinadas a pedradas en las plazas públicas, algo que moralmente es
inaceptable por cualquier persona que se precie de ser sólo decente.
3
Los políticos justifican sus carantoñas con la diplomacia,
que no es más que la hipocresía ejercida por quienes ostentan cargos de
dirección en los gobiernos. Yo no acepto ese concepto, pues en la mayoría de
los casos esos dirigentes sienten simpatía por esos regímenes tiránicos. ¿Cuál
es la razón? Muy sencilla: quien está en contra del “imperialismo yanqui” es
digno de admiración y de respeto, pues para ellos no es malo quien persigue,
ataca, golpea y encarcela a opositores, sino “el malvado enemigo de los
pueblos”, o sea: EEUU.
No creo en una moral que dictamine su inclinación admirativa
a una sola sentencia: “quien está en contra de EEUU es el ejemplo a seguir”.
¿Que hay perseguidos, encarcelados, golpeados, torturados? Eso no tiene
importancia: la importancia es estar en contra del Imperio. Aunque el imperio
no persiga ni maltrate ni golpee ni encarcele a nadie por criticarlo. Bonita
razón de esos demócratas cuyo apoyo y amparo sirve para que tiranos como los
Castro se pavoneen diciéndole al mundo “no me joroben, que tengo el aval de la
mayoría fuera del país”. Y tiene razón el señor Raúl Castro cuando piensa o
dice eso. Lamentable.
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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