1
Nochebuena,
Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Día de Reyes... festejos (que hasta los
mendigos callejeros celebran, porque en esos días reciben más limosnas que les
permiten darse un gusto, si es que en su situación de vivir en plena calle
pueden darse un gusto) que se han convertido, por obra y gracia de la oferta y
la demanda, en una sucesión de ventas y compras que han logrado tajar de un
tirón aquelllas felicitaciones tan hermosas (porque eran hermosas) que decían
en postales y en persona: FELIZ NAVIDAD... Ahora lo que se dice generalmente,
sobre todo en los comercios que sólo aspiran a ganar más dinero, es FELICES
FIESTAS, y yo me pregunto si habrá fiestas que no son felices, porque esa
expresión comercial es tan absurda y tonta (como tantas otras) que mejor
echarla al latón del olvido y seguir celebrando, al menos yo como muchos que
conozco, la Navidad, aunque en mi caso no soy religioso, pero confieso que esos
días me gustan y desde que nací (en plenos preparativos navideños, un 17 de
diciembre) son los días más felices que siempre he pasado en mi ya larga
existencia...
2
Celebrar
la Navidad y el comienzo del nuevo año (una incógnita siempre) cuando se tiene
a los seres más queridos en Cuba, en Ecuador, en Monforte de Lemos, en
Alcorcón, en Getafe, en Parla, y a algunos en Madrid, ell@s
con sus seres queridos presentes, es una disposición a pasar en soledad esos
días tan señalados, o quizás con otros seres acompañantes ocasionales que
posiblemente no van a dejar huellas profundas para recordarlos cuando se hayan
ido y dejado el instante fugaz de unas horas de grata (¿por qué no?) compañía
que al pasar las fechas añoradas y otrora disfrutadas al máximo se irán
convirtiendo en imágenes que sin poder obviarlo llevan a la pregunta tan simple
y tan terrible de ¿POR QUÉ? Y esa pregunta, como tantas que me hago
diariamente, no tienen respuesta...
3
Pero
a pesar de todo celebro la Navidad y doy la bienvenida al año nuevo con una
sonrisa tal vez esplendorosa. Porque la amargura y el mal semblante son dos
actitudes que nunca he mostrado, no por simular una alegría no sentida (soy
generalmente una persona alegre) sino porque nadie tiene derecho a importunar
al prójimo con caras tristonas y palabras negativas, que bastante tenemos ya
con la situación de este mundo en que parece que no hay a la vista ninguna
solución a los muchos problemas que padece nuestro querido y tan maltratado
planeta...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
http://elcuiclo.blogspot.com.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario