la ciudad...
Madrid es una ciudad moderna, desarrollada,
bonita, agradable, con unos servicios generales que a pesar de la crisis
funcionan correctamente, bien comunicada, donde casi no existe un solo sitio
que no tenga áreas verdes como pulmones y ornato natural que embellece la
villa, y sobre todo, de gente hospitalaria, cariñosa, solidaria, y predispuesta
a hacer amigos sin reservas... Sin embargo, la ciudad padece de cierto abandono
por parte de sus autoridades competentes: limpieza deficiente en algunas zonas
metropolitanas, basura desbordada en numerosos contenedores, papeles, cartones
y envases desechados en los frentes de muchos pequeños comercios cerrados y
portales de algunas instituciones que no parecen estar en activo, cacas de
perros y palomas sin recoger en aceras y parques, baches en sus calles, etc.,
que afean la imagen de la capital española a turistas y residentes que miran
con tristeza tantas chapucerías que no acaban de enmendarse...
el país...
El tema/asunto de la Economía ha logrado,
además de aburrirnos, que muchos se olviden de que en España no es ése el único
gran problema que afronta esta sociedad: la división de la misma en dos mitades
antagónicas que parecen pensar más en sus diferencias que en el interés de la
patria de todos, el desplome preocupante de la educación y la cultura de los
jóvenes, notable y casi trágico si se conoce que entre las 200 principales
universidades del mundo no hay una sola española, las 17 autonomías que son una
carga para los contribuyentes que las mantienen, la absurda vigencia de unas
leyes que benefician más a los
victimarios que a las víctimas y ayudan a los delincuentes que son detenidos
decenas de veces y puestos en libertad otras decenas para que continúen
cometiendo fechorías sin parar, las instituciones que sobran por su inutilidad
(Tribunal Constitucional –con el Supremo bastaría-, Senado -apruebe o rechace
una propuesta, es el Congreso el que decide-, Consejo de Estado -refugio que
nadie sabe dónde está ni qué hace ni para qué sirve, a donde van a forrarse los
expolíticos de todas las tendencias cuando salen o los hacen salir-), y en fin,
un sinfín de problemas que necesitaríamos demasiada honradez que nuestros
políticos no tienen para comenzar a intentar resolverlos, y hacer una limpieza
enorme en los organismos de la justicia, tan amante de ponerse cerca de los
terroristas de ETA y lejos de sus víctimas para vergüenza de quienes la tengan
todavía...
la situación...
Este bello país con gente tan admirable,
maravillosa, hospitalaria, donde vivir podría ser un verdadero placer, no
merece verse en semejante y bochornosa situación. Sólo se me ocurre traer las
palabras de José Martí, como al menos reconfortante esperanza de una situación
que debería cambiar radicalmente, y pronto: “los malos imperan donde los buenos
son indiferentes”... Y parece que en España los buenos se han vuelto
indiferentes...
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
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