(diálogo apócrifo sin micrófonos ni cámaras ni testigos ni
nada)
--Su nombre, por favor.
--Cristiana de Bombón.
--¿De chocolate?
--No señor, de Gracieta y Bellavista.
--O sea, Cristiana de Bombón de Gracieta y Bellavista.
--Eso.
--¡Hum!... Edad y lugar de nacimiento, por favor.
--Edad la que aparento y nací aquí en este país. ¿Le parezco
haber nacido en Nueva Zelanda?
--De ninguna manera, señora. Bueno... dígame… dedicación.
--¿Cómo dice?
--Que a qué se dedica.
--Bueno, la verdad... yo... yo soy… no sé cómo decirle…
--Ya, comprendo... Dejemos eso ahora. ¿Sabe por qué está
aquí?
--Porque usted me citó.
--¡Hum!... Bueno, sí, claro, porque yo la cité. Pero quiero
decir, si sabe por qué la cité.
--Supongo que no fue para invitarme a un crucero por el
Mediterráneo.
--No no no, por supuesto que no, señora... la cité porque...
--Ya sé. Porque como estoy de moda en los medios y usted
quiere destacarse...
--Pues no, no es por eso, señora... mire, vamos a ver... la
cité porque... bueno, dejemos eso ahora y concretémonos a las preguntas que voy
a formularle, si le parece.
--A mí lo que me parece es que no sé qué quiere usted saber,
porque lo que es yo no sé nada…
--¡Hum!... Ya veo... pero de todos modos, voy a formularle
algunas preguntas relacionadas con su situación en la empresa de Descargas
Financieras SADL...
--¿SADL?
--Sin ánimo de lucro, eso es lo que quieren decir las
siglas. ¿No es esa su empresa?
--Pues... la verdad, ahora es que me entero de lo que
significan esas siglas.
--Ya veo. Pues verá... a ver: ¿era o no era usted la
co-directora de esa empresa?
--Bueno, yo lo único que hacía era firmar los papeles que mi
marido me ponía delante.
--¿Su marido era el gerente de la empresa?
--Eso me decía él, pero no puedo asegurárselo.
--Pero usted aparece como co-propietaria o algo por el
estilo.
--Yo no sé si aparezco ni cómo aparezco, yo le repito: sólo
firmaba.
--Ya. ¡Hum! Veamos... Aquí en mi atestado tengo nóminas y
recibos firmados por usted. ¿No los leía usted antes de firmarlos?
--¿Cómo voy a leerlos si no tenía tiempo? Yo los firmaba y a
otra cosa.
--Entonces, usted desconocía lo que firmaba.
--Yo desconocía y desconozco muchísimas cosas, señoría,
porque no me interesaban ni me interesan.
--¿Y los ingresos obtenidos gracias a su firma, en qué los
invertía?
--Hombre, pues en muchas cosas… y en cosas de mi marido y
mías, naturalmente
--¿Cosas suyas dice? ¿Como cuáles?
--Mire usted, yo, como usted debe saber, tango muchos
gastos... por ejemplo, mi marido y yo compramos un chalé que nos costó un ojo
de cada cara... ¿cómo íbamos a pagarlo si no con esos ingresos que usted
menciona?
--Pero esos ingresos provenían de la empresa, no eran
ingresos para que usted los utilizara en asuntos privados... creo.
--Pues no sé, la verdad...
--¿No sabe?
--No sé nada de eso que usted dice.
--Bueno... déjeme consultar con este atestado a ver...
dígame, señora, aquí aparece una relación de gastos suyos que provienen de
dinero obtenido por la empresa que usted co-dirigía.
--Yo no co-dirigía nada, señoría, yo le repito, sólo
firmaba. Nada más.
--¿Y no sabía que eso que firmaba eran transacciones
comerciales de la empresa?
--Pues no, no lo sabía.
--¿Y su marido no le hablaba de esas transacciones?
--No, no me decía nada de eso.
--Disculpe, señora, pero es difícil creer que siendo usted
la esposa del gerente de esa empresa no supiera nada de la dedicación de la
misma y de sus ingresos, y me perdona, eh.
--Bueno, yo firmaba, pero no sabía nada más.
--¿No sabía nada más?
--Nada más.
--¿Y sobre las demás actividades de la empresa… ¿tampoco
estaba al corriente?
--No, señoría, no estaba al corriente.
--Entones, ¿sólo su marido se encargaba de todas las
operaciones y usted se limitaba a firmar y nada más?
--Así es. Yo firmaba y nada más.
--Pero no sabía lo que firmaba.
--No, no sabía lo que firmaba. Sólo firmaba.
--¿Y nunca le preocupó para qué le pedían su firma.
--No, nunca. Firmaba y nada más.
--Porque no sabía nada.
--Exacto: porque no sabía nada.
--Ni se interesó nunca por nada relativo a lo que firmaba.
--Así es. Nunca me interesé por nada de eso.
--¡Hum! En fin… según sus palabras, usted desconocía en su
totalidad de qué iba la empresa, a qué se dedicaba, cómo se había creado, etc.
--Usted lo ha dicho, señoría, yo desconocía todo eso.
--Y ¿recuerda qué operaciones hacía su marido en la empresa?
--No, no lo recuerdo.
--¿No sabía que su marido negociaba con los fondos de la
empresa?
--No, no lo sabía.
--O sea, que usted firmaba y nada más.
--Nada más.
--No sabía nada más.
--No sabía nada más.
--Ni recuerda otra cosa que las firmas que hacía.
--No, no recuerdo nada más…
(Tras una maratónica sesión de preguntas cuyas respuestas
eran más o menos las mismas, el juez instructor del caso decidió posponer la
continuación de su entrevista para una fecha aún no decidida, por lo que no podemos
seguir informando sobre la misma. Rogamos a nuestros lectores nos disculpen por
esta incidencia totalmente ajena a nuestros deseos de mantenerlos informados de
esta situación)
Augusto Lázaro
@augustodelatorr
2 comentarios:
JAJAJA!! me ha encantado. Muy bueno!!!
Excelente, Augusto, me divertí bastante y me has dado una nueva respuesta: "Yo no sé, yo sólo firmaba".
Publicar un comentario