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Zapatero no es un imbécil, como piensan muchos. No sabe gobernar, pero sabe mantenerse en el poder. Lo ha logrado durante más de 6 años aplicando una estrategia que nunca falla: divide y vencerás. Como para él lo único realmente importante es mantenerse en el poder, del que se ha enamorado furiosamente en estos años hasta el punto de no concebirse fuera, ha dedicado y aún dedica toda su energía a aplicar esa máxima. Y ha triunfado: jamás la sociedad española había estado tan dividida. Y eso, él lo sabe, lo beneficia.
También lo beneficia el estado de crispación y de tensión existente en nuestra sociedad. Su filosofía es revolver el río y pescar cómodamente. Pero sin dudas, su mayor virtud es su personalidad de orador de barricada, que cala en la masa, esa masa que lo ve, lo oye, lo vitorea y lo vota, hasta por segunda vez, tras 4 años de barbaridades que 11 millones de españoles pasaron por alto. Ningún otro gobernante, con la que está cayendo, se mantendría en el poder, y menos siendo tan valorado por tantos millones de personas según las encuestas, a pesar de que en los últimos meses su valoración ha decaído bastante.
Al igual que Fidel Castro, Zapatero se ha ido quitando de encima a aquellos de sus compañeros que no están de acuerdo con algunas de sus prácticas de ordeno y mando unipersonal que no deja margen para la discrepancia, o que se van poniendo "pesados", al punto de que si hacemos historia, comprobaremos que de aquellos que comenzaron con él en la Moncloa desde 2004, ya no queda ni el perro del edificio. Quizás lo que para muchos ha sido un error (rodearse de gente inexperta, inepta, con muy escasa preparación y casi nula capacidad de ejecución) ha sido su mayor éxito en el gobierno: él sabe que las Leires, las Bibianas, los Pepiños, etc., son y serán siempre fieles hasta el "sí, bwana", y jamás despuntará en ellos ni el menor asomo de rebeldía. Y sobre todo, nunca le harían sombra. Pues con ésos en su equipo de gobierno, aunque de gobernar no sepan ni hostias, sigue y seguirá hasta que entienda que debe quitarse a otros y poner a nuevos, muy escogidos también, por si acaso no vaya a surgir algún rival con posibilidades de sacarlo del poder. Porque además, también, al igual que Fidel Castro (y que Hugo Chávez), Zapatero no soporta las críticas. Y si no impide totalmente la libertad de expresión no es porque sea un gran amante de esa libertad, en la que no cree, sino porque esto es España, y como quiera que esté nuestro país, es un país de la Unión Europea, de la OTAN, y aquí sería punto menos que imposible implantar un sistema totalitario semejante al de Hugo Chávez en Venezuela, aunque sus intentos ha habido, en pequeñas escalas.
Y así están las cosas. Zapatero en el poder y ni la crisis lo va a sacar de ahí, a no ser que su destitución venga de adentro (del propio PSOE), como sucedió en la difunta URSS cuando el Politburó decidió darle vacaciones permanentes al gracioso de Jruschov "para que no jodiera más" según chismes de salón. Pero eso no es probable que suceda en España. Y si la crisis remite, aunque sea un poquito, y llega el 2012, estoy seguro de que muchos millones de españoles volverán a votar por Zapatero. Unicamente una debacle descomunal haría que algunos de esos millones se abstuvieran y el Partido Popular aprovechara esa circunstancia para alcanzar la absoluta mayoría, sin la cual jamás podría gobernar.
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No obstante lo anterior, cabría preguntarse aún: ¿por qué se mantiene? Pero analizando la situación electoral de este país no es muy difícil encontrar el quid de la cuestión:
--los votantes: a pesar de los pesares zapateriles, todavía quedan muchos millones de españoles que prefieren que siga Zapatero "antes de que los fachas se apoderen del poder". Un ejemplo es el quiosquero de Bailén, que declara sin ambages que aunque reconoce que Zapatero no da más, "antes que la derecha, cualquiera, y mejor Zapatero". Y así hay, repito, millones.
--el miedo en el PSOE: ¿a qué? Pues muy sencillo: si cae Zapatero, ellos, los privilegiados que no sufren la crisis (la mayoría de los dirigentes tienen 2 y hasta 3 sueldazos) caerán con él y su destino posterior es impredecible, aunque nunca "pasarían hambre", pero no se conforman con ser simples ciudadanos y perder sus prebendas. Por eso, se unen como una sola masa para apoyar al hombre que los tiene, hasta el momento, en semejante bienestar general.
--el apoyo sindical: a pesar del paripé de la anunciada huelga general (y aunque ésta se realice) los sindicatos son de izquierda, eso lo sabe hasta Manolo el del Bombo, y siempre preferirán tener a un gobierno de su familia ideológica que a uno de la derecha con el cual nunca podrían hacer carantoñas como las que han tenido con el actual desde su inicio en la Moncloa.
--Zapatero es, además de listo, hábil, y ha impregnado a su equipo del "agi-pro" de los comunistas que cala en la masa por no tener contraataque de una oposición que pasa sin luz y sin brillo por el Congreso, donde apenas suelta algunas critiquitas (últimamente algo más fuertes, pero todavía sin poder compararse con las iniciativas propagandísticas de la izquierda) y nada más, esperando que se caiga el gobierno sin darle el empujón definitivo.
--la población española, a estas alturas, sigue sumida en una especie de hipnosis anti-derecha, y prueba de ello es que el periódico más leído es EL PAIS y la emisora radial más escuchada es la Cadena SER, y ambos medios suministran diariamente un veneno ideológico tan bien estructurado que penetra en las mentes de tantos millones de lectores y oyentes que no leen ni oyen otra cosa. Tengo una amiga que me dijo un día que ella sólo lee EL PAIS, "porque es el único que dice la verdad". Sin comentarios.
--la mentira: otro de los éxitos de Zapatero y de su grupo: mentir constantemente, hasta que los ciudadanos se crean sus mentiras o cuando menos duden. La mentira le ha resultado rentable a Zapatero, porque él sabe que a una buena parte de los electores no es difícil convencerlos si se les insufla ese veneno que no tiene antídoto en ningún partido de la llamada oposición. Porque siendo sinceros, hay que reconocer que la izquierda es una verdadera estrella y una máquina de la propaganda, y la propaganda bien hecha y mejor dirigida, logra mucho. Tanto es así que una persona que ha mentido y miente tanto como doña María Teresa Fernández de la Vega resulta siempre, en todas las encuestas, muy bien valorada por los encuestados. Para reírse.
--y la mejor táctica propagandística: echar la culpa a la derecha (o a otros) de cuanto error, cuanta metedura de pata, cuanto desparpajo, cuanta barbaridad comete el gobierno, y siempre adelantándose al resto, proclamando ser lo que no es, y culpando a la oposición, sobre todo al Partido Popular, de esto y de lo otro, cuyo real culpable es el gobierno (y el partido que lo sustenta).
Con estos truenos, es de esperar que, como el hombre aguanta increíblemente, pegado al poder como una sanguijuela indespegable, de mejorar un poco la economía, que parece ser el principal problema que importa a la población, por no decir el único, en el 2012, con Zapatero arengando a las masas como él sabe hacerlo (en esto es brillante , sin lugar a dudas) y con ese poder hipnótico de que goza, ganará otra vez las elecciones, y entonces a Rajoy no le quedará otro remedio que dimitir, como hizo Joaquín Almunia sólo con la primera derrota que tuvo en 1996.
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Zapatero ama el poder porque el poder da muchas cosas a las que es muy difícil renunciar cuando se tienen: gloria, fama, fortuna, respeto, figurao, mando, altísimo nivel de vida para quien lo detenta, y para los suyos (porque estoy seguro de que el presidente ama a su familia, aunque quizás menos que al poder), y posibilidades infinitas de viajar y relacionarse con las personalidades más importantes del planeta en su época, y eso, en cualquier ser humano, hace sentir un orgullo tremendo. O sea, que a pesar de los inconvenientes que conlleva el poder, sobre todo en estas circunstancias, vale la pena luchar por alcanzarlo y después por mantenerlo. Por eso no me extraña que Zapatero no piense, ni en sueños, en dimitir, ni en dejarle el mando a otro de su propio partido. No. Eso jamás. Zapatero no es Almunia.
Lo que me pregunto es si en todo el PSOE el Secretario General ha logrado inyectar ese miedo que al parecer le tienen tantos... cuesta trabajo creer que en sus filas no haya personas que antepongan los intereses del Partido a los de un solo hombre, o a los suyos propios, porque gente decente, honesta, honrada y cabal hay en cualquier agrupación humana. Y en el PSOE la hay, indudablemente. Entonces, ¿qué sucede que ese partido parece haberse convertido en una masa mansa de corderitos que sólo saben aceptar sin ponerle ni una coma lo que diga el Jefe?
¿Qué puede suceder? ¿Qué nos queda? ¿Qué esperanza tiene España? Pues es muy difícil responder estas preguntas, porque si el destino de este país está en Rajoy, este país está frito en manteca de cerdo. Ojalá me equivoque, pero a España le hace mucha falta un líder fuerte sin vacilaciones a la hora de los mameyes, pues lo que va a heredar no es un jardín de rosas. Puede ocurrir algo tan descomunal que provoque un cambio de gobierno antes de las elecciones del 2012, pero dudo que eso ocurra. Y si llega esa fecha con Zapatero como pretendiente a la Moncloa, Rajoy lo tendrá muy duro, si también llega Rajoy como aspirante por el Partido Popular, que con todos sus problemas, que no son pocos ni pequeños, tendrá que pensar seriamente si ese es el candidato que podrá derrotar al ZPerpetuo en un nuevo clinch electoral.
Y no quiero mencionar la humillación que sufrimos quienes todavía tenemos vergüenza y orgullo patrio por habernos convertido en un país que ha perdido su soberanía, pues son extranjeros los que dictan a nuestro gobierno lo que tiene que hacer y ejecutar (Obama, la "fracasada" Merkel, Sarkozy, el FMI, Bruselas), cosa que nunca en su historia había padecido España. Lamentable y vergonzoso. Y todo por culpa de quienes nos gobiernan internamente.
La pregunta que se hacen millones de españoles de uno o de otro partido es para temblar: ¿podrá el nuevo gobierno (que tendrá que ser, por el bipartidismo, del Partido Popular), sacar a España del abismo al cual nos estamos aproximando cada día más? Los numerosos tertulianos radiales y televisivos que tenemos ya tienen con qué entretenerse y a la vez entretener a sus oyentes y televidentes por un largo período.
Augusto Lázaro
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