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martes, 13 de diciembre de 2016

¿PENSAMIENTO UNICO?

Últimamente se está notando en España un acercamiento general al pensamiento único. Me explico: en ningún medio informativo (prensa, radio, televisión, Internet) se tolera (o permite) que alguien se exprese en contra de las corridas de toros. O sea, que “hay que estar a favor de las corridas, si no, callarse” parece ser la consigna tácita y/o unánime de los participantes en la confección de esos programas o medios. Casos abundan, no sólo el de los toros. Por ejemplo, con Rita Barbera pasó lo mismo: todo el mundo tenía que “machacar” a la mujer que padeció un acoso espectacular, por una cantidad irrisoria: €1000, mientras que de dos personas sospechosas y de cuidado, como Manuel Chaves y José Antonio Griñán, nadie decía nada, y en ellos se trataba nada menos que de €741 MILLONES... Con el fútbol es igual: a quien no le guste ese deporte, se le cierran las puertas de opinión en todos los puntos cardinales de la península. Nada, que hay que ser amante del deporte de las patadas a los balones, y fan de Messi y de Cristiano, aunque estén acusados de varios delitos por los que es casi seguro que no responderán con ninguna pena. Y así podría citar muchos casos más. En España, ya no se llama “rarito” al que piensa distinto, hay veces que hasta se llega a calificar a esas personas de “fachas” y de sospechosos de algo que nadie ha podido descifrar a plenitud. Eso en España con España. ¿Y en España con el mundo? Veamos:

Con Donald Trump sucede algo similar: todos los medios lo machacan constantemente, lo pintan como un monstruo, ignorando que no hay personas totalmente buenas o totalmente malas, y al presidente que eligieron los norteamericanos (no los españoles, como hubiera sido del gusto de tantos), no le encuentran ni una sola gota de bondad. No se puede comentar nada a favor del nuevo presidente en ningún medio (puede haber rarísimas excepciones con algún personaje que por su prestigio y poder se “atreva” a hablar bien de Trump, pero le cae encima una lluvia de críticas que lo deja frito. Hablar de lo que va a hacer quien todavía ni siquiera ha tomado posesión de su cargo no es más que una tontería que sólo muestra la inmadurez política de nuestros flamantes informadores...

Otro asunto tabú es el de la flamante Unión Europea con su estrella brillante, el euro. También hay que estar a favor de la UE, cuidado con opinar distinto, pues enseguida los proueístas te tachan de antieuropeo, como si la UE hubiera sido la salvación del viejo continente. Y del euro qué decir si no es proclamar la maravilla que resulta, tal que a partir de su implantación el poder adquisitivo de los ciudadanos de la Unión bajó considerablemente. Un solo ejemplo, teniendo en cuenta que un euro equivale a 167 pesetas (en España): un periódico valía 125 pesetas, ahora, entre semanas, vale 1.50€, casi el doble al cambio. Saquen la cuenta y ya me dirán... y de la salida del Reino Unido mejor ni mencionarla, porque quien no esté en contra de esa decisión (también tomada por los ingleses y no por otros ciudadanos de otros países), no es más que un... en fin, que ya saben de lo que se clasifican los brexistas...

El islamismo y los musulmanes igualmente se las traen, aunque en este aspecto todavía pueden leerse, muy de vez en cuando, opiniones contrarias a la “invasión” de refugiados, entre los cuales llegan, de todos sabido, terroristas islámicos a desgraciarnos la vida, y la tolerancia exagerada de este país llega a extremos tan absurdos y ridículos como permitir el velo y otras costumbres y símbolos de esos países donde no se nos permite a nosotros la más mínima demostración de los nuestras. En cualquier lugar puede leerse un cartel que dice REFUGEES WELCOME, y sin embargo, jamás verás uno que diga REFUGEES GO HOME, y ¿me van a decir que no hay miles de miles de españoles que lo piensan, que no están de acuerdo con semejante “invasión”?

Y etc. etc. etc.

En fin, que el pensamiento único es privativo de dictaduras repugnantes como la norcoreana, la cubana, u otras que conocemos, con las cuales, para vergüenza de algunos, mantenemos vínculos casi cariñosos, sin que ni una sola voz proteste ni proclame que más que el dinero valen la dignidad, el decoro, la vergüenza, echando por la borda aquel pensamiento de José Martí que tanta falta nos hace recordar: “cuando hay muchos hombres sin decoro, hay quienes llevan en sí el decoro de muchos hombres”... Sólo que aquí esos hombres permanecen callados y resignados a que el dinero es lo único que cuenta. Todo lo demás, parece cosa de segunda mano...

Augusto Lázaro



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